MÉXICO.- Tal y como lo adelantamos ayer, la alianza Va por México (PRI-PAN-PRD) está fracturada por el apoyo de Alejandro Alito Moreno Cárdenas –líder nacional de tricolor– a su iniciativa para ampliar la presencia del Ejército en las calles hasta el año 2028.
Como en todo “matrimonio”, existen crisis, pero esta podría terminar en un “divorcio necesario” por la necedad de Alito en su postura, que sus homólogos del blanquiazul y del sol azteca –Marko Cortés y Jesús Zambrano, respectivamente– reprueban, pues contraviene a los lineamientos de su alianza-maridaje.
Y mientras el PAN y el PRD anuncian la suspensión de su alianza hasta que el PRI no se retracte de su iniciativa “militar”, Alito se empeña en su iniciativa, pues dice que es a favor de México, pero en realidad solo está velando por sus intereses personales, no por el de su sociedad partidista.
Es decir, el “matrimonio” por conveniencia entre las tres fuerzas políticas, que a toda costa buscan recuperar la confianza del electorado, entra en un “receso”, en un periodo de “reflexión” para analizar si les conviene regresar o dar por terminada su relación.
Si el divorcio se concreta, habrá más pérdidas que ganancias, pues el “matrimonio” se realizó bajo el régimen de bienes mancomunados, y los bienes de las tres fuerzas es paupérrimo.
La unión les daba fuerza, pero solos no harían gran cosa, ni aunque se volvieran a “casar” con otro instituto político, pues son malos “partidos”, sin patrimonio ni futuro.
EL “PADRINO”, ENOJADO
Como en toda separación, hay quienes pierden más que otros. Y aquí el “padrino” de la boda, el empresario Claudio X. González –quien presentó y sentó en su mesa a los tres contrayentes, que antes ni se llevaban bien– es quien saldría más perjudicado, pues no recuperaría los millones que le inyectó a la relación.
Por ello, Claudio está más que molesto y se opone a que la relación truene, pues dice que la coalición-matrimonio es indispensable para mantener a raya a su enemigo número uno, el presidente López Obrador, pero en realidad lo que busca es recuperar los negocios que tenía antes de la llegada al poder del partido guinda.
Quien más perdería si se concreta el “divorcio” es el PAN, pues este matrimonio por conveniencia le ayudaría a posicionarse y tratar de ganar espacios en los estados y que le aumenten el “gasto”, a través de prerrogativas del INE.
El PRD ya había perdido, pues era el tercero en discordia en ese matrimonio, y solo estaba como mirón, pues no jugaba a nada, solo a prestar su membrete y firmar documentos como lo dictaba el sacramento. El PRI también pierde si se separan, pues solo no tiene la fuerza para competir. Pero Alito tal vez salvaría el pellejo, al “vender caro su amor”.
También habría un daño colateral en este eventual divorcio: el partido Movimiento Ciudadano, quien ya estaba más que enganchado a unirse al matrimonio tripartita. Pero ahora queda en el limbo.
El gran ganador, sin duda, sería Morena, pues llegaría con el camino limpio para arrasar en donde se pare…