MÉXICO. – La reunión del martes en el edificio central del Partido Revolucionario Institucional –entre el todavía líder del PRI nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, y casi una decena de exdirigentes históricos– no fue cordial, como lo presumió Alito, al contrario, “fue una cena de negros”.
En su posterior conferencia de prensa, el exgobernador de Campeche aseguró que “no hubo ningún reclamo, lo que hubo fueron planteamientos, reflexiones, comentarios, una reunión rica, vasta en propuestas y análisis en esa fortaleza que tienen los expresidentes del PRI de haber dirigido un gran partido como el nuestro. El PRI hace la autocrítica, no la autoflagelación”.
Nada más alejado de la realidad, de acuerdo a las fuentes consultadas por Grupo Cantón al interior del mismo partido tricolor, pues lo que hubo fue reclamos, amagos, amenazas, acusaciones y, finalmente, un acuerdo…
El cónclave que solicitaron los exlíderes tricolores inició a las 10:30 de la mañana, media después de lo programado. Y fue a puerta cerrada, pero con dos invitados que no estaban programados: Roberto Madrazo Pintado –mentor político de Alito– y Rubén Moreira Valdés –coordinador de los diputados tricolores y esposo de Carolina Viggiano Austria, secretaria General del CEN del PRI, es decir, la segunda después de Alito, y candidata perdedora a la gubernatura de Hidalgo, que contendió ¡por el PAN! en la alianza de Vamos por México–.
A su tiempo, cada uno de los otrora líderes del PRI hablaron, como Dulce María Sauri, Pedro Joaquín Coldwell, Claudia Ruiz Massieu, Manlio Fabio Beltrones, Miguel Ángel Osorio Chong, Humberto Roque Villanueva, Beatriz Paredes, Roberto Madrazo, Carolina Monroy del Mazo y César Camacho Quiroz.
Y todos reclamaron algo en común: la corrupción de Alejandro Moreno es innegable y mancha al PRI.
Las fuentes del tricolor aseguran que la discusión subió de tono, uno a uno, y a veces interrumpiéndose, le echaban más fuego a la hoguera de Alito y sus desastrosos resultados, que lo colocan como el peor dirigente en la historia del PRI.
Le dijeron que renunciara, que su permanencia era mala para el partido, que su tiempo se había acabado, que su corrupción en Campeche estaba argumentada. Lo acorralaron. Y Alito solo fruncía el ceño y apretaba la mandíbula. Parecía que estaba a punto de explotar.
Hasta que llegó su turno de hablar… y se defendió con amenazas.
ENTÉRATE
En su “defensa”, Alito argumentó que todos los presentes tienen una historia que no se sabe públicamente, pero que él sí conocía.
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— Campeche HOY (@CampecheHOYmx) 16 de junio de 2022