CAMPECHE, CAMPECHE. A nivel mundial, tan sólo detrás de Estados Unidos y el Reino Unido, México se ubica en el tercer lugar de países con más ciberataques, lo que reflejó en el 2017 una pérdida de 7.7 mil millones de dólares como consecuencia, de acuerdo con la corredora de seguros Lockton México.
Ejemplo de lo anterior es el caso registrado en abril de 2018, cuando cinco entidades bancarias mexicanas fueron hackeadas a través de su plataforma SPEI, produciendo una pérdida aproximada de 300 millones de pesos.
“Este tipo de casos y otros más recientes nos permiten advertir que el riesgo de un ataque cibernético en cualquier empresa es una realidad inevitable,” mencionó Ricardo Alvarado, director ejecutivo de riesgos de Lockton México.
En un comunicado, refirió que siete de cada 10 empresas mexicanas han experimentado un incidente relacionado con seguridad informática, motivo por el cual el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) impuso multas por más de 185 millones de pesos.
Los sectores con mayor número de sanciones fueron los servicios financieros y de seguros, así como los medios masivos de comunicación y el educativo.
De igual forma, en 2017, el virus “Wanna Cry” afectó a más de 200 mil computadoras alrededor del mundo, donde el país más afectado en América Latina fue México.
Para Lockton México, los principales riesgos que existen por un ciberataque son: robo de datos de usuarios, pérdida o eliminación de información, robo de identidad, fraude o extorsión, secuestro de información, interrupción de servicios, multas por organismos regulatorios y daño a la reputación.
“Las compañías, después de un ataque a sus sistemas informáticos, establecen estrategias encaminadas a darle continuidad al negocio entre las cuales se encuentran recuperar la información, resarcir la pérdida de ingresos por interrupción del negocio o reemplazar equipos dañados, entre otros”, agregó Alvarado.
Pero las acciones anteriores significan un gasto muy costoso para las empresas, por lo que algunas de ellas prefieren salir del mercado antes de declarase en bancarrota.
Por tal motivo es necesario anticipar las medidas de seguridad de la información y de continuidad del negocio, así como priorizar la protección financiera para reparar los daños causados por un ciberataque.