El Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo estableció en 1989 el Día Mundial de la Población, con el que se pretende centrar la atención en la urgencia e importancia de las cuestiones relativas a la población.
El interés nació de la celebración el 11 de julio de 1987 del «Día de los cinco mil millones».
Este año, que la celebración se centra en el reconocimiento de la planificación familiar como derecho humano, se cumplen 50 años de la Conferencia Internacional de Derechos Humanos de 1968, cuando la planificación familiar fue reconocida mundialmente, por primera vez, como un derecho humano.
El documento final de la conferencia, titulado la Proclamación de Teherán, declara inequívocamente que: “Los padres tienen el derecho humano básico de determinar libremente el número de sus hijos y los intervalos entre los nacimientos”.
Tras esta declaración, se empezó a tomar conciencia de que las mujeres y las niñas no tienen que sufrir el agotamiento ni el peligro de los embarazos demasiado numerosos y muy juntos.
Los hombres y las mujeres tienen el derecho de elegir la frecuencia con la que quieren tener hijos, o incluso renunciar a tenerlos. Todo individuo tiene derecho a determinar la dirección y el alcance de su futuro.