Con apenas cuatro años de vida como partido político, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se podría convertir en la primera fuerza política del País.
Fundado como asociación civil en 2011 y con registro oficial desde 2014, el instituto político fue creado por Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PT-PES).
En la construcción de su estructura política, Morena contó con bases y liderazgos provenientes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), del que el tabasqueño también fue candidato presidencial en 2006 y 2012, y al que abandonó formalmente durante este último año.
Líderes nacionales e históricos, legisladores federales, cuadros estatales y buena parte de la estructura del partido del sol azteca se “mudó” a la nueva fuerza política, convirtiéndose en los primeros aliados de ese movimiento.
En su primera elección, en 2015, Morena irrumpió como la cuarta fuerza política del País al conseguir 36 diputaciones federales, de las cuales 15 fueron de mayoría y 21 de representación proporcional.
En esos comicios, el partido ganó cinco jefaturas delegacionales en la Ciudad de México: Cuauhtémoc, Azcapotzalco, Tlalpan, Tláhuac y Xochimilco, además de 18 espacios de la Asamblea Legislativa capitalina. También ganó alcaldías en el Estado de México, Campeche, Michoacán, San Luis Potosí, Tabasco y Yucatán.
En 2017 consiguió una de sus mayores hazañas al pelear, en una cerrada elección, por la Gubernatura del Estado de México, tierra natal del Presidente Enrique Peña Nieto.
En una cuestionada contienda por el reparto de dádivas y el presunto activismo del Gobierno federal, el partido obradorista obtuvo el 30.91 por ciento de los votos, frente sólo al 30 por ciento del PRI, porcentaje al que se sumaron los sufragios de sus aliados, lo que permitió a Alfredo del Mazo hacerse con la gubernatura.
Pese al resultado, los obradoristas ganaron las votaciones en distritos históricamente dominados por el PRI y el PAN en la zona conurbada con la Ciudad de México.
Por otro lado, Morena creció en la Cámara de Diputados federal, ya que legisladores de otros partidos políticos se sumaron a esa bancada, que pasó de 36 a 47 legisladores.
Lo mismo ocurrió en el Senado, donde el Partido del Trabajo -aliado de López Obrador-, pasó de seis a 18 legisladores, desfondando con ello a la bancada perredista.
Alianzas polémicas
Con López Obrador como eje, Morena ha conseguido nuevos y polémicos aliados en este proceso electoral.
Empresarios como Alfonso Romo, Marcos Fastlich y Miguel Torruco se han sumado a la campaña del tabasqueño.
También ha sido clave el papel de la ex panista Tatiana Clouthier, coordinadora general de la campaña presidencial, quien ha cobrado popularidad en medios, instituciones académicas y redes sociales.
Por otro lado, familiares y operadores cercanos a la ex lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo construyeron una red de apoyo al tabasqueño que ha coordinado esfuerzos con Morena tanto en la promoción como en la defensa del voto.
Las Redes Sociales Progresistas, coordinadas por Fernando González, yerno de Gordillo, estuvieron presentes en toda la campaña y también en un manifiesto firmado por el aspirante presidencial para echar por tierra la reforma educativa y defender los derechos laborales de los maestros.
López Obrador también ha conseguido el respaldo de la disidencia magisterial, aglutinada en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que nació justamente para luchar contra el liderazgo de Gordilllo.
En materia de alianzas, el aspirante integró un equipo de operadores que reinsertó en la política al ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard; al ex Gobernador de Zacatecas y ex delegado en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, y a Julio Scherer, entre otros, como coordinadores regionales de su campaña.
Con información de Reforma