¿Cuáles son los 4 jinetes del Apocalipsis?
Los políticos han logrado que este país tenga cuatro… no, menos, como cinco jinetes del Apocalipsis.
El primero es la mentira, el segundo la corrupción, el tercero la impunidad y el cuarto, sin duda, el cinismo. Define este sexenio en 140 caracteres… Creo que 140 caracteres son demasiados. Lo único que se podría decir es: deplorable.
¿Te tomarías una cerveza con Felipe Calderón?
No, porque se debe poner muy necio cuando toma. Prometió que iba a ser el Presidente del empleo y que iba a construir refinerías. Las refinerías se quedaron nada más en una barda que costó quién sabe cuántos millones, y lo del empleo, pues sí le dio muchísimo empleo a las agencias de seguridad, a las funerarias, a las aseguradoras…
¿Le dejarías las llaves de tu casa a Miguel Osorio Chong?
¡No, para nada! Los mexicanos pensamos que ningún político sería de confianza, ni siquiera para invitarlo a una fiesta de cumpleaños. Se han ganado a pulso el descrédito. No han logrado tener esa imagen de credibilidad y honestidad que se requiere para ser político. Ellos mismos la han ensuciado.
¿Te gustaría quedarte atrapado 12 horas con AMLO en un elevador?
He platicado con él y es una persona bastante afable, pero sí le he dicho: "¿Por qué es tan necio?". Ése es su punto débil. Quedarme con él en un elevador sí sería un poquito cansado.
¿Le crees a Ricardo Anaya?
No. Creo que está muy tiernito, como dice Andrés Manuel.
¿Qué pero le pones a Margarita Zavala?
No me parece congruente que quieras contender por la Presidencia, cuando ni siquiera has sido presidente de tu colonia.
¿Qué castigo merece Javier Duarte?
Tenerlo en un cuarto encerrado con dieta de Pingüinos y Frutsis con su esposa; que estuvieran los dos ahí en una cadena perpetua.
¿Nuestro sistema político es un chiste?
Más que un chiste se ha vuelto una especie de mascarada, de doble moral. Los políticos salen, hablan de logros, dan grandes cifras macroeconómicas… Pero la realidad es otra.
¿Qué preferirías, tener un superpoder o ser Senador seis años?
Un superpoder sería más viable. Porque ser Senador sería entrar a ese juego de máscaras: por encima tratar de ser recto, y por abajo hacer negocios y buscar moches.
¿Ya sabes por quién vas a votar en 2018?
Por Obrador. No es porque le dé mi voto como cheque en blanco, pero creo que sería la opción menos peor. Tampoco es porque sea mejor, pero creo que es la última oportunidad para los partidos.
¿Cómo te gustaría que terminara este sexenio?
Para Peña la salida más digna, por decirlo de alguna manera, sería entregarle el poder a un gobierno de oposición.
¿Cuál es el chiste de la vida?
Vivirla a todo lo más que se pueda y tratar de ser honesto; tratar de hacer las cosas con congruencia, tratar de que sea un ejemplo, dejar un legado para que la gente sea la que decida si realmente hiciste las cosas bien o no.
¿Por qué te gusta hacer reír?
La risa es lo más difícil de lograr. Busco que esa risa no sea solamente una distracción, sino que también sirva para pensar dos cosas: el programa común y cómo definir el gabinete. Traer a la mejor gente y que no la puedas correr, para evitar lo que vimos con el Fiscal de Delitos Electorales.
¿A quién le gustaría integrar?
Lo que tenemos que hacer es definir las funciones correctas para cada puesto. El presidente de la República tiene solamente 2 funciones: una es representar a México en las relaciones internacionales, y la otra, ser el comandante supremo de las Fuerzas Armadas. Quitando eso, lo demás lo podemos compartir.
Antes de hablar de Plan de Gobierno, ¿cómo se derrota a Ricardo Anaya para lograr la candidatura?
Haciendo lo que estamos haciendo: un frente fuerte, unido, con una definición concreta, lo cual va a obligar a una validación de quien quiera que sea el candidato. Anaya arranca con ventaja, sin duda, lleva dos años. Pero el Frente tiene una gran virtud: rompe el control que alguien pueda tener de un partido. Ricardo no tiene el control total del PAN.
¿El PAN es ahora mismo un partido democrático al interior?
No, pero el Frente será democrático por obligación, no necesariamente por devoción.
¿Qué pierde el PAN con la salida de Margarita Zavala?
El 3 o 4 por ciento de la votación total.
¿Y qué pierde Margarita sin el PAN?
Pierde el otro 26 por ciento. El problema de Margarita es que se precipita. El error más claro de Margarita fue no haberse acercado conmigo y los otros precandidatos para trabajar juntos.
¿Usted qué tan panista es?
Tan panista como que empecé a los 17 años, pero soy un panista atípico porque he pasado prácticamente 25 años fuera de México. Una de las cosas que me perdí dentro del panismo fueron todas estas luchas y convulsiones internas por cuestiones ideológicas.
¿Qué le dio el vivir fuera de México?
Estar fuera, trabajando en 20 o 30 países como funcionario del Banco Mundial, me dio una visión muy distinta de la problemática, la manera de resolverla y, algo que es muy importante, de cómo se percibe el mundo.
¿AMLO o el PRI son un peligro para México?
El mayor peligro para México es que la gente no salga a votar. Ese es el verdadero peligro: la decepción de mucha gente, particularmente los jóvenes, que podrían creer que no vale la pena ir.
¿Estaremos mejor con López Obrador?
Andrés Manuel va a querer gobernar México como el PRI lo gobernaba en los 70. El subsidio, el Estado benefactor, el Estado impulsor, todas esas cosas que no van a hacer a México Venezuela, sino Bolivia. Andrés Manuel sería como Evo Morales.
¿Cómo ve a José Antonio Meade?
José Antonio sería un excelente gobernador del Banco de México. Nuestro país está en riesgo de cometer un error fundamental: José Antonio es la persona correcta para sustituir a Agustín Carstens, tiene todas las credenciales, pero se le quiere empujar en la dirección equivocada: no va a ser un buen candidato.
¿Se considera audaz?
Tan audaz como que tomé la decisión de lanzarme, y todo el mundo me dijo que estaba loco. Dije: "Yo tengo un pequeño capital político, ¿para qué lo guardo? Me lo gasto de una vez y voy".
Como rector, ¿qué aprendió de los jóvenes?
Que hay que tomar riesgos, hay que tener esperanza en el futuro, hay que modernizarse en el uso de la comunicación, y hay que romper protocolos. Tenemos que ser parejos todos.
¿Cómo cerraría usted la brecha generacional?
No tengo, porque llevo ocho años platicando con ellos todos los días, yendo con ellos, bailando con ellos. En mi último discurso de graduación, les dije: "tienen que indignarse al punto de tomar el control de México en sus manos, ustedes son los que lo pueden manejar".
¿Es una ventaja o desventaja?
Me da una gran ventaja, porque lo que estoy diciendo es lo que voy a hacer. Para mí, ésta es la última etapa como político. No estoy construyendo cosas para dejárselas a nadie más, mis hijas tienen su vida hecha, no tienen ninguna necesidad. Cuando termine ésto no estaré buscando que mi esposa sea presidenta de la República. Quiero dejar un buen país para mi vejez, para cuando cumpla 90 años.
¿Cuándo se piensa jubilar?
¡Nunca! No me pienso retirar porque concuerdo con un amigo mío que dice: retirarse es empezar a morir.
¿Le preocupa la muerte?
No, no me angustio porque ya me tocó, en lo personal, sentir lo más doloroso de la muerte, que es la muerte de un hijo.
¿Cuál quiere que sea su epitafio?
"Fue diferente".
Diseñador, ilustrador, fotógrafo urbano, imitador, locutor de radio, escritor… la constante en la carrera de Fabián Giles es el humor político, lo mismo en su línea de playeras que en sus programas, su blog y sus libros.
Con información de Agencia Reforma.