La salida de un minisubmarino estadunidense de rescate, que estaba siendo alistado para zarpar en la noche del sábado hacia la zona de búsqueda de la nave argentina perdida hace 11 días en el Atlántico Sur, se retrasó en medio de una alerta por fuentes vientos.
El buque Sophie Siem, encargado de llevar al minisubmarino, se encuentra amarrado en el puerto de Comodoro Rivadavia, en la provincia de Chubut, y podría zarpar después del mediodía, dijeron medios de prensa.
El Servicio Meteorológico Nacional dispuso una alerta por vientos intensos del sector, cambiando al sector sur hacia el mediodía, con velocidades entre 50 y 90 kilómetros por hora, con ráfagas, según indica en su página de internet.
El buque demorará alrededor de 24 horas en llegar al área de búsqueda del submarino argentino ARA San Juan, desaparecido el 15 de noviembre con 44 tripulantes, tras reportar una falla con sus baterías.
Enrique Balbi, portavoz de la Armada, postergó dos horas la conferencia de prensa prevista para el mediodía del domingo.
Las autoridades argentinas informaron el jueves que el submarino habría sufrido una explosión, por lo que muchos familiares de los marinos los dieron por muertos, mientras el operativo internacional se concentra en buscar bajo el agua rastros del navío.
Estamos en la incertidumbre total", dijo María Victoria Morales, madre del tripulante Luis García.
Expertos creen que la nave podría estar sobre el lecho marino tras un barrido de la superficie de toda la zona.
Balbi explicó el sábado que se subdividió el área de rastreo para organizar las operaciones de los siete buques alistados para mapear tridimensionalmente el fondo marino, que se encuentra a entre 200 y mil metros de profundidad.
A 11 días de la desaparición del submarino, el impresionante operativo internacional de búsqueda y rescate en el que participan cerca de 4 mil personas y unos 30 aviones y barcos de Argentina, Estados Unidos, Reino Unido, Brasil y Chile, entre otros países, no ha mostrado ningún avance.
El ARA San Juan, construido en la década de 1980 en Alemania, fue sometido en 2008 a un proceso de "reparación de media vida" que llevó más de dos años e implicó el reemplazo de sus motores diésel y una puesta a punto de sus motores eléctricos, entre otros trabajos de mantenimiento, según datos oficiales.