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23 noviembre, 2024

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Corrupción, la marca del sexenio

Enrique Peña Nieto hizo del combate a la corrupción una de sus primeras promesas como candidato presidencial, y como Presidente electo. A pesar de ello, su administración se ha visto envuelta en escándalos que lo involucran a él y a su primer círculo.

Eduardo Bohórquez, director de Transparencia Mexicana, indica que si bien la actual administración inició con una aparente determinación por combatir actos de corrupción, ésta fue cambiando en la medida en la que los involucrados en éstos fueron personajes de su equipo cercano."De tener mucha claridad y determinación en el primer trienio, viene este punto de inflexión. Yo diría que el caso Korenfeld es un punto de inflexión, porque comienza a haber mucha dificultad para actuar", indica.

"Cuando las acusaciones ya tocan al grupo más cercano al Presidente o del grupo del Estado de México, hay un momento difícil y de reajuste de la estrategia, y el segundo momento difícil es cuando el Ejecutivo federal tiene que actuar en contra de los gobernadores, independientemente del partido político", agrega.

Como Presidente electo, Peña Nieto envió al Congreso, vía el PRI, una iniciativa de reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal para eliminar la Secretaría de la Función Pública (SFP) y crear, en su lugar, la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA).

Pero la propuesta del Mandatario no prosperó, como tampoco su determinación por combatir la corrupción.

Tras los primeros escándalos del peñismo: la Casa Blanca, la casa en Malinalco del entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y la cancelación del tren rápido a Querétaro ante las sospechas de una licitación irregular ganada por Grupo Higa, el Mandatario revivió a la SFP en 2015, y nombró a Virgilio Andrade como titular.

La primera tarea del nuevo secretario era investigar posibles conflictos de interés en esos casos, pero Andrade exoneró a Peña Nieto, a la primera dama Angélica Rivera, y a Videgaray.

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Con la CNA empantanada en el Congreso, la sociedad civil le arrebató al gobierno federal la bandera anticorrupción, y logró que el Congreso hiciera suya la propuesta ciudadana de Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), cuyas leyes fueron promulgadas por Peña Nieto el 18 de julio del año pasado.

El mandatario pidió perdón a la sociedad por la Casa Blanca y prometió impulsar el SNA; no obstante, éste se ha enfrentado a la reticencia de actores políticos de todos los partidos y entró en operación incompleto: sin Fiscal Anticorrupción y sin los 18 magistrados especializados que requiere el nuevo sistema.Mientras tanto, los escándalos de corrupción han continuado.

A la Casa Blanca siguieron el caso Odebrecht, la Estafa Maestra, los gobernadores priístas de la generación Peña Nieto acusados de desviar recursos públicos a las campañas del PRI, los conflictos de intereses, y las asignaciones de contratos de obra pública a empresas consentidas de funcionarios de primer nivel.


 

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