A la prisión estatal de Piedras Negras, Coahuila, a 6 kilómetros de la frontera con EU, entraban, entre 2010 y 2011, vehículos que eran modificados para llevar droga, personas secuestradas y cadáveres para ser quemados.
Los únicos que no pudieron ingresar, en 2011, "por la inseguridad al interior de la cárcel", fueron los visitadores de la CNDH.
Según el informe "El Yugo Zeta", elaborado por El Colegio de México, ese penal funcionó como un búnker para ese cártel, con el conocimiento de los Gobiernos estatal y federal. "El control de Los Zetas en Coahuila era total. El Gobierno estatal era omiso y algunos funcionarios eran cómplices", dijo el analista Jacobo Dayán, coautor del estudio junto con el investigador Sergio Aguayo. "El Yugo Zeta" fue elaborado por un grupo de nueve especialistas, con la coordinación de Aguayo, de El Colegio de México, y Dayán, de la Univers idad Iberoamericana . El equipo usó algunos informes públicos y otros inéditos, como el expediente APP 005/2014-BIS con declaraciones ministeriales de 11 zetas, 49 internos, 21 custodios, y 18 empleados del penal.
Con información de Agencia Reforma.