La sentencia a los maestros de la Montaña baja se ve a los primeros metros de entrar a Chilapa: en la comunidad de Tenaxatlaco, la primera del municipio si se va por la carretera Chilpancingo-Chilapa, la pequeña escuela rural que está en la punta de una loma, este lunes antes del mediodía, estaba cerrada.
Las razones resultan evidentes si se toma en cuenta que en Zoquiapa, una comunidad ubicada unos metros atrás, dentro de los linderos de Tixtla, los niños con sus uniformes escolares caminaban sobre la calle empinada donde se encuentra su plantel.
Los maestros de la Montaña baja de Guerrero están sentenciados para no volver a clases desde el 25 de septiembre que protestaron en reclamo de transporte público seguro. Esta región comienza justo desde Tenaxatlaco y abarca el resto de Chilapa, y los municipios de Zitlala, Ahuacoatzingo, Atlixtac y José Joaquín de Herrera. Este lunes es la cuarta vez que los maestros de la región debían regresar a clases, pero por las amenazas no lo hicieron.
La Silla Rota ha documentado la inseguridad en la Montaña baja de Guerrero, que en últimas fechas se focaliza en los maestros y transportistas. En la cabecera municipal de Chilapa, donde inició el acoso, es visible que el retiro forzado de los maestros, afectó otros sectores sociales y económicos.
Los comerciantes de los negocios que rodean las escuelas cerradas denunciaron que han bajado sus ventas.
Frente a la preparatoria 26 de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), cerrada desde hace casi un mes por la inseguridad, confirmó el rector Javier Saldaña Almazán, hay tres misceláneas llenas de bebidas dulces, panes y golosinas sin clientes. Una de éstas la atiende una mujer mayor: "Todo ha bajado aquí. No hay venta", comentó al quejarse de cómo es la vida en Chilapa.
Las calles también se ven escasas de gente: no hay el bullicio de los niños en las escuelas ni el ajetreo del comercio.
Quien conoce Chilapa saben y comentan que los maestros mueven una parte importante de la economía de la zona.
Las escuelas están cerradas, aun cuando la versión oficial aminora el conflicto: "unas sesenta y tantas", dijo el secretario de Educación, José Luis González de la Vega, al reportar las escuelas paradas en la Montaña baja.
El número que manejó es menor al que Juana Pineda reportó de escuelas paradas sólo en el sector 19 de primarias, del cual tiene la jefatura: 123 escuelas primarias con clases suspendidas, varias de estas sobre el corredor Ayahualulco-Atzacoaloya, el cual conecta con Quechultenango, el municipio sede de un grupo de delincuentes llamado Los Ardillos, según la Fiscalía General del Estado.
La FGE ha hecho saber de muchas formas que la violencia en la Montaña baja, una de las zonas regiones de Guerrero con indicadores de pobreza y cierta marginación, tiene que ver con la pelea de este grupo con otro llamado Los Rojos.
La zona escolar básica de la Montaña baja de Guerrero está dividido en varios sectores educativos, separados por nivel escolar: preescolar, primaria y secundaria, y estas a su vez separados en formal, bilingüe, estatal. Las cifras del directorio oficial escolar de la región indica que en la Montaña baja estudian 59 mil 649 mil y laboran 3 mil 742 empleados, entre docentes, administrativos y auxiliares. Sin contar el nivel medio superior que, al menos en la cabecera municipal de Chilapa, se constató también está parado.
Lo mismo están sin clases la escuela secundaria José de San Martín, de las más antiguas, con 80 años; las primarias Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc, y Sor Juana Inés de la Cruz, que el Conalep, Cecyteg, la preparatoria de la UAGro, y varias escuelas más.
La posición de los maestros de la región es que las autoridades deben hacerse responsables de lo que ocurre con ellos. Uno de los maestros del nivel básico, quien pidió omitir su identidad por la sentencia que carga a cuestas, planteó que las autoridades se hagan cargo del problema: "lo único que queremos es una seguridad.
Que los supervisores cumplan con su función. Que una autoridad en la región nos de un documento en el cual ellos se hagan responsables. Están pidiendo que regresemos a clases, pero que haya una responsabilidad de las autoridades que representan a la estructura de la Secretaría de Educación y del gobierno del estado".
La Secretaría de Educación Guerrero aún no asume que la suspensión de labores en la región Montaña baja tenga que ver con la inseguridad, porque en la última circular, de fecha 27 de octubre, donde amplió el plazo de suspensión de clases, con vencimiento este lunes, citó como argumento la revisión de los planteles con daños estructurales por el sismo del 19 de septiembre.
"En el tema de la estrategia de seguridad poco puedo decir, porque por eso es una estrategia. No tengo con claridad qué es lo que hacen, pero entiendo que está atendido por parte de Seguridad, que quiere decir eso, que no da la garantía para que hoy regresen", dijo el secretario de Educación sobre la suspensión de clases en la Montaña baja.
Con información de La Silla Rota