Leydi Pech Martín, Mario Contreras Ramírez y Elodoro Chan Cahuich, acompañados por representantes de los pueblos mayas, acudieron al Juzgado Segundo del Distrito de la colonia San Rafael, con pancartas con señalamientos como “Queremos un Campeche libre de transgénicos, fuera Monsanto”, y acusaron al Juez Adrián Novelo Pérez y la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem) de atropellar los derechos de los pueblos indígenas.
Denunciaron que las consultas para aprobar o rechazar la siembra de soya transgénica deberían incluir a 34 representantes indígenas, sin embargo, se han realizado sin previa notificación a los líderes mayas, por lo que sólo seis de ellos han participado.
Los manifestantes arribaron al Juzgado Segundo a las 10:00 horas de la mañana de ayer, y fueron recibidos por el juez, a quien le entregaron un escrito para impugnar la decisión de reducir de 34 a 6 el número de representantes indígenas en las consultas, y aseguraron que éstas fueron suspendidas hace más de dos meses. Como respuesta, la autoridad les señaló que el caso sería llevado al Colegiado.
Los representantes de los pueblos mayas continuaron diciendo que, desde hace año y medio, han hecho todo lo posible para que las autoridades de la Cibiogem, la Comisión de los Pueblos Indígenas, Sagarpa y la representación en Campeche de la Misión de Observación de la Consulta Maya los apoyen, sin embargo, estos organismos tratan cada vez de alejarlos más de las consultas, a pesar de que la SCJN ha emitido la sentencia para prohibir dicha siembra.
Afirmaron que continuarán con sus manifestaciones y que llegarán a más instancias jurídicas para encontrar respuestas, ya que no pueden continuar con su actividad agrícola, por el suelo contaminado por la siembra de semillas transgénicas que realiza “Monsanto”.
Lamentaron que las autoridades se hagan de la vista gorda, ya que los únicos que sufren, como de costumbre, son los ciudadanos, pues de no resolverse pronto la situación, se quedarán sin comer.
Finalmente externaron que las familias de las comunidades de los Chenes quieren trabajar, producir, vivir tranquilos y dejar herencia de un medio ambiente cuidado, sin contaminación de los mantos acuíferos, y pidieron a las autoridades que no permitan la muerte de abejas, animales, plantas y granos, y vuelvan de nuevo los ojos hacia el pueblo maya.