El Presidente estadounidense, Donald Trump, anunció hoy que desclasificará los archivos del asesinato de John F. Kennedy, mandatario demócrata que murió por disparos de bala en una visita política a Dallas (Texas) el 22 de noviembre de 1963.
Los Archivos Nacionales tienen hasta el próximo jueves 26 para decidir cuáles de los 3 mil 100 expedientes clasificados que poseen sobre el asesinato de Kennedy (1961-1963) pueden salir a la luz y cuáles deben seguir en secreto.
Pero Trump es quien tiene la autoridad final para decidir la publicación de los archivos o demorarla durante otros 25 años.
Una portavoz de la Casa Blanca, Lindsay Walters, dijo ayer a la revista Político que la oficina de Trump está trabajando “para asegurar que puede publicarse la máxima cantidad posible de datos” de esos archivos para el próximo jueves, una fecha límite marcada bajo una ley de 1992.
Pero Walters reconoció que a la Casa Blanca le preocupa el hecho de que “algunos registros de esta colección no se crearon hasta la década de 1990” y deben ser revisados para garantizar que su publicación no cause un “daño identificable” a la seguridad nacional.
Un funcionario del Congreso que ha seguido de cerca el proceso afirmó a Político que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ha presionado a Trump para que bloquee la publicación de algunos documentos, posiblemente para ocultar sus métodos o la identidad de algunos espías que podrían seguir vivos.
Quienes cuestionan la versión oficial sobre el asesinato de Kennedy esperan impacientes la decisión de Trump, con la esperanza de que los nuevos documentos puedan arrojar luz sobre el mayor misterio de la historia reciente de Estados Unidos.
Según Político, es posible que los documentos que datan de los años 1990 se publiquen con parte de la información censurada, para evitar exponer operaciones de inteligencia relativamente recientes.
La mayoría de los 3 mil 100 documentos pendientes de publicación fueron creados por la CIA, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y el Departamento de Justicia, y la ley de 1992 dicta que el próximo jueves deben publicarse por completo a no ser que Trump decida lo contrario.
Si bloqueara los documentos más delicados, Trump decepcionaría a historiadores y a quienes defienden teorías de la conspiración, un grupo del que él mismo no está tan lejos, dado que durante la campaña electoral de 2016 llegó a sugerir que el padre del senador Ted Cruz tuvo algo que ver con Lee Harvey Oswald, el presunto asesino de Kennedy.
Con información de Sinembargo