La ciencia tendrá sus respuestas, pero entre los habitantes de estos puertos corre una leyenda: que su buena suerte se la deben a los extraterrestres que habitan una base marítima en las confluencias de los puertos de Madero y Altamira, donde comienza la barranca continental.
Por eso, en 2013, acordaron dedicar el último martes de cada mes de octubre a los marcianos y hasta levantaron una estatua en su honor en el estacionamiento de la zona sur de la playa de Miramar, en Madero, que se supone mira hacia la base extraterrestre. Era el busto de un marciano verde con cara de personaje de película de Hollywood, montado en una estructura de madera. "Su autor fue un escultor venezolano que vivía en Tampico, y a quien se la encargaron con fines turísticos", recuerda Marco Antonio Torres Flores, cronista vitalicio de Tampico y quien en 2011 fue jefe del Archivo Histórico del Municipio.
OVNIS a la vista
El origen del Día del Marciano en esta zona conurbada costera de Tamaulipas, dice Torres Flores, se atribuye a un conocido conductor de televisión del norte de México. Un hombre llamado Ernesto Chavana, que desde el estado vecino de Nuevo León convocó a sus televidentes a celebrar la protección de los extraterrestres.
Fue en 2013, luego de que esta región sur del estado quedó a salvo del huracán Ingrid, que de manera imprevista cambió su trayectoria en el Golfo de México, rumbo a la zona limítrofe con Veracruz.
El martes 29 de octubre de ese año "Chavana encabezó la inauguración del provisional busto del marciano y transmitió un programa especial desde el lugar", dice Torres Flores.
En la "ceremonia" participaron incluso funcionarios municipales y la cronista de Ciudad Altamirano, Carolina Infante, quien describió el arraigo popular de la leyenda extraterrestre como un fenómeno social.
Pero la leyenda alienígena viene de tiempo atrás. Comenzó en los años setenta, cuando Alberto Zecua, un ingeniero de la Ciudad de México que se avecindó en esta zona, aseguró que había sido contactado por extraterrestres. Después otros repitieron la historia.
Previo a este primer contacto extraterrestre, la prensa de Tampico ya había reportado el avistamiento de ovnis en la región. El lunes 7 de agosto de 1967, un año después de que el huracán Inés impactara la zona, el periódico El Sol de Tampico publicó en su primera plana y a ocho columnas: "Platillos Voladores sobre Tampico", en la que hace referencia a "aparatos luminosos" que aparecieron en cielo del puerto.
"Dicen que el contacto es telepático, que han tenido viajes astrales o a la base extraterrestre y que les ordenan colocar metales en la playa, como las viejas leyendas de los cuchillos enterrados en la tierra para evitar las tormentas", dice el cronista.
En la región nació además la Asociación de Investigación Científica Ovni (AICOT) que integran aproximadamente 30 personas que se reúnen regularmente para intercambio de información sobre el fenómeno ovni, y cuentan con el apoyo de la Mutual UFO Network (MUFON), la organización estadunidense que investiga casos de avistamientos.
Su presidente es Juan Carlos López, quien ha relatado que sus contactos extraterrestres se remontan a su infancia en Ciudad Madero. Él es uno de los convencidos que asegura que la base submarina extraterrestre se ubica a unos 40 kilómetros de la playa de Miramar, y que tiene nombre: se llama Amupac.
Protección divina o alienígena
La leyenda extraterrestre de Tamaulipas ha atraído la curiosidad y la atención de medios internacionales como la BBC y History Chanel, que dedicó al tema una cápsula informativa con uno de sus investigadores del fenómeno ovni, Giorgo Tsoukalos.
Allí dice: "Hay un destino en el mundo que parece estar protegido contra desastres naturales, donde sus habitantes creen estar protegidos por alienígenas. Tampico, a pesar de ser una zona con gran actividad de huracanes, a partir de 1966 misteriosamente dejaron de llegar".
La AICOT afirma que Miramar no es la única base extraterrestre en Tamaulipas. También hay una en el cerro de Bernal de Horcasitas, en el municipio de González, y aun afirman sus miembros que en cada pirámide de México hay alienígenas.
A los habitantes de esta zona conurbada costera no les faltan razones para agradecer la presencia alienígena. La última vez que un huracán tocó las costas del sur de Tamaulipas fue en 1955, cuando Inés azotó con todo el puerto petrolero de Tampico.
Desde entonces, fenómenos hidrometeorológicos tan devastadores como Gilberto, en 1988, dejaron fuera de su trayectoria a las ciudades Tamaulipas. El huracán entró por San Fernando y todos pensaban que enfilaría hacia Matamoros. Los tamaulipecos huyeron hacia Monterrey, capital del vecino estado de Nuevo León, para refugiarse del huracán, que de último momento cambió ruta e impactó precisamente en esa ciudad donde todo el mundo pensó que estaría a salvo.
De acuerdo con el historiador Andrés Cuellar, las consecuencias fueron "tremendas", ya que hubo más muertes y destrozos en Monterrey que en el estado completo de Tamaulipas.
Sin embargo, la versión alienígena tiene su competencia religiosa, pues también hay quienes atribuyen la protección a una imagen de la Virgen del Carmen colocada precisamente en 1967.
"Las opiniones se dividen entre el pensamiento mágico y religioso", dice el cronista. En cualquiera de los casos, advierte, no hemos tenido ciclones, a pesar de los cambios climatológicos y de que algunos han pasado muy cerca.
Con información de Infobae