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24 noviembre, 2024

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Menos mexicanos buscan trabajo por bajos salarios

El número de personas que trabaja o que busca empleo en México respecto a la población total va a la baja y alcanza niveles no vistos desde la crisis económica de 2008.

Este indicador, conocido como tasa de participación laboral, se ubica actualmente en 59.40 por ciento y su descenso ha estado acompañado de un incremento en la precarización del mercado laboral, de acuerdo con diferentes métricas.

Durante la gran recesión de 2008, la tasa de participación llegó a 59.41 por ciento de la población. En tanto, en agosto de 2011, en medio de la incertidumbre en torno a la salida de Grecia de la zona del Euro y las crisis de deuda de países como Portugal y España, cayó a 59.27 por ciento.

Eduardo Loría, coordinador del Centro de Modelística y Pronósticos Económicos (CEMPE) de la UNAM, dijo en entrevista que el descenso en la participación significa que a la gente no le es atractivo entrar al mercado laboral.

“Ante el aumento en las condiciones críticas de la ocupación, mucha gente prefiere no entrar al mercado laboral porque su perspectiva es que le van a pagar muy poco, en condiciones de demasiadas horas de trabajo”, expuso.

Por su parte, José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC), organización de académicos y empresarios, coincidió en que el mercado laboral no es atractivo en México, así que hay que la población opta por migrar u ocuparse en otras opciones como el estudio.

Ambos especialistas expresaron que esta situación tendrá efectos sobre el crecimiento económico.

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“El hecho de que se precarice mucho el empleo habla de condiciones de muy baja productividad y de muy bajas remuneraciones, lo que tiene efectos macroeconómicos importantes porque contribuye poco al consumo, contribuye poco y hasta negativamente a la productividad total factorial y la productividad media del trabajo”, advirtió Loría.

Mientras que De la Cruz expuso que en tanto no se puedan mejorar las condiciones estructurales de la ocupación y el empleo, difícilmente se podrá tener una sociedad con mayor bienestar, con un mercado interno más fuerte. Algo que se necesita en estos momentos cuando, justamente, la parte internacional está generando problema.

MÁS EMPLEO PRECARIO

Las últimas cifras disponibles del INEGI indican que la tasa de condiciones críticas de ocupación (TCCO) es de 13.84 por ciento de la población ocupada, alcanzando un máximo desde 2005.

Es decir que cerca de 7.2 millones de trabajadores laboran bajo condiciones precarias al trabajar menos de 35 horas a la semana por razones ajenas a ellos, laborar más de 35 horas con ingresos mensuales de menos de un salario mínimo o con jornadas mayores a 48 horas, ganando hasta dos salarios mínimos.

Durante los dos últimos años el número de personas que trabajan en condiciones críticas ha aumentado en poco más de 800 mil.

De acuerdo con el directivo del IDIC, la señal de la TCCO está siendo muy clara, dado que el mercado laboral mexicano en los últimos 10 años lo que ha creado es empleo que paga menos de 3 salarios mínimos. 

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Es decir, los empleos que pagan más de 3 y sobre todo más de 5 salarios mínimos, han ido desapareciendo, lo que provoca que los trabajadores busquen otras opciones.

Aunque se ha registrado avance en la formalización laboral, las plazas que van en aumento no son las de mayores salarios.

Entre el segundo trimestre de 2005 y el mismo trimestre de 2017, los empleos que pagan más de 5 salarios mínimos por mes han ido la baja, al igual que los que tienen sueldos de más de 3 y hasta 5 salarios mínimos, mientras que los de más de 1 y hasta 2 salarios mínimos se han incrementado significativamente.

“Aunque se reconoce un impacto positivo por la mayor formalización el tipo de empleo que se está generando es insuficiente para las necesidades de la mayor parte de las familias mexicanas”, alertó De la Cruz.

“En la medida en que el crecimiento económico no repunte, es que no vamos a ver un escenario diferente”, dijo Loría.

“Las reformas estructurales realmente no han elevado la capacidad de crecimiento de 2.3 ó 2.5 por ciento máximo, que es la que tenemos desde 1982. Tendrían que plantearse otros cambios estructurales para la economía mexicana pueda crecer más y eso podría mejorar las condiciones del mercado laboral”, añadió.

Con información de El Financiero

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