La violencia y la saña son unas herramientas que con mayor frecuencia utilizan los grupos de secuestradores que operan en la entidad.
Los delincuentes cada vez más ejercen violencia psiciológica, sexual y física en contra de sus víctimas y de los familiares como parte de presión para que se pague pronto el rescate, pero aún cobrándolo en alguna ocasiones los asesinan.
Cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) indican que de los 56 secuestros registrados de enero a agosto del 2017, en Tabasco, en un 20 por ciento de los casos los criminales han mutilado a sus víctimas, las han quemado o bien, las han asesinado.
Ayer, el Fiscal General del Estado, Fernando Valenzuela Pernas, dio a conocer la desarticulación de una banda de secuestradores que operaba en Tabasco y que incineraba a sus plagiados, "se trata de un grupo criminal muy violento", dijo.
Indicó que durante lo que va del año se "han detenido a 17 bandas de plagiarios y a 460 presuntos secuestradores". Cuestionó que si esos grupos criminales estuvieran en la calle, de qué tamaño sería el fenómeno delictivo y cuál sería la situación.
'Culpa de la impunidad y descomposición social'
La directora de Análisis y Estadísticas de Observatorio Ciudadano Tabasco, Julia Arrivillaga, indicó que "la impunidad y la descomposición social son factores que han originado que la comisión de delitos sea cada vez más violenta".
"Es muy grave, porque normalmente un secuestro es intercambiar una víctima por dinero, y por lo general no se daba este tipo de violencia; sólo pedían dinero y no tenían la finalidad de violar a la víctima y mucho menos quemarla, porque al final lo único que querían era recibir un pago a cambio de regresarla con vida", indicó.
Por su parte, Isabel Miranda de Wallace, presidenta de la organización Alto al Secuestro, estimó que el 90 por ciento de las mujeres víctimas de este delito son abusadas sexualmente durante el cautiverio.
Mencionó que alrededor del 17 por ciento de las víctimas –hombres y mujeres– mueren durante el plagio, y otro 12 por ciento son desaparecidas después de que sus captores cobran los rescates.
"Quitarle la vida a la persona privada de la libertad se convierte en otro delito más grave que es el homicidio, como está ocurriendo con algunas bandas delictivas que han desarticulada las autoridades estatales y federales, dijo Julia Arrivillaga.
Casos muy violentos
En Tabasco se han dado casos muy violentos como, por ejemplo el ocurrido el 2 de octubre del 2017 con el maestro Israel, en Nacajuca, cuatro días después de su cautiverio apareció con quemaduras graves en Jalpa de Méndez.
En otro hecho, el 25 de noviembre del 2016, fue asesinada en Macuspana la estudiante Hebe Nora de 18 años de edad, luego de haber sido plagiada y haber pagado su madre una fuerte suma de dinero por su rescate.
En junio del 2017 fue asesinado el joven Abraham Zurita, quien fue levantado en las Gaviotas por un grupo armado, debido a que sus familiares no pudieron pagar 5 mdp, por su rescate.
Rehén de bandas
El edén tabasqueño es rehén de bandas delictivas que se disputan los municipios, de Centro, Cárdenas, Huimanguillo, Cunduacán, Jalpa de Méndez, Comalcalco, Paraíso y otros.
"El secuestro es un delito lamentablemente, el primer requisito del delincuente es exigir a los familiares no denunciar y bajo esas reglas impuestas se actúa para salvaguardar la vida del plagiado, situación que muchas veces no cumplen, porque en la mayoría de las veces los plagiarios están bajo los efectos de las drogas, o son mal copias de verdaderos secuestradores", dijo el policía de investigación Juan 'N'.
Además indicó que es difícil superar un trauma cuando se es víctima de un secuestro, pero lo es más para los familiares cuando matan a un ser querido, dijo.