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24 noviembre, 2024

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Ni caja fuerte, ni ‘niño fantasma’: la verdad del caso Monchito

(ÚLTIMA PARTE)

Por Ángel Vega

Las inexactitudes en el caso del niño José Ramón Nafarrate Maldonado fueron muchas hace 32 años, luego del terremoto de 1985 que lo sepultó junto con su abuelo, el señor Luis Maldonado Pérez, bajo los escombros de la vecindad de la calle de Venustiano Carranza 148. 

Treinta y dos años después, como una dolorosa 'réplica' del primer sismo, la desinformación se repitió, esta vez amplificada por el revuelo causado por la niña 'Frida Sofía', a quien se creía viva bajo los restos del colegio Rébsamen, tras el sismo del 19 de septiembre 2017.

Ahora sabemos que 'Frida Sofía' fue un invento mediático, y en el menor de los casos, un eco 'fantasma' de la desinformación entre Televisa y las autoridades.

Pero Monchito sí existió. No hubo ninguna "caja fuerte con 25 millones de pesos", como se dijo en 1985 y se repitió hasta el cansancio, a través de portales de medios y en redes sociales, en 2017. 

Lo que sí hubo fue mucho dolor de sus padres y familiares, y mucha indignación debido al tratamiento que los medios le dieron al caso, desde entonces y después. 

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Alejandrina Nafarrate Maldonado, hermana de Monchito y sobreviviente de 1985 junto con su otro hermano menor y sus padres, accedió a una entrevista exclusiva con tabascohoy.com para narrar lo que en realidad ocurrió aquella aciaga mañana del 19 de septiembre, la cual los ha perseguido desde entonces, y que los volvió a alcanzar justo en el aniversario de su pérdida.    

Cabe añadir que es la única entrevista que Alejandrina piensa dar sobre el tema, a este o a cualquier otro medio de comunicación, y que será la última sobre el caso de su hermano, el cual ya es parte del imaginario colectivo de millones de mexicanos.

Accedió hablar para hacerle justicia a la memoria de su hermano fallecido.

Para que los dos más grandes sismos de la historia reciente de México no sepulten su recuerdo bajo toneladas de comentarios a la ligera, añejas opiniones, inexactitudes y sensacionalismo en las redes. 

Este es su relato.

EL TRASLADO CON ESCALA EN MÉXICO
 
"Somos tres hijos; Luis Ramón (Monchito), yo (Alejandrina) la mayor y el bebé, Mauri (en el 85)… el apellido es Nafarrate y no vivíamos en Manzanillo. Ahorita sí vivimos ahí, ya tenemos más de veinte años aquí. Mis padres se casaron en la Ciudad de México; mi papá se dedica al ramo hotelero. Al nacer Monchito le detectan una alergia al smog de la cuidad, entonces mi papá comenzó a ver la posibilidad de cambiarnos de residencia, y surge una muy buena oportunidad en un hotel de la isla de Cozumel… imagínate Cozumel hace treinta años, éramos como la familia Robinson…

"A Cozumel llegamos en 1981. Estuvimos cuatro años ahí y posteriormente promuven a mi padre a Zihuatanejo, en la misma cadena hotelera. Obviamente, no había vuelos directos en ese entonces… es más, no creo que haya ahorita. Entonces en la mudanza mis padres mandan el camión con muebles, y todo, y nosotros fuimos los últimos en salir de la isla. 

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"Tomamos el vuelo el 18 de septiembre para pasar la noche en la Ciudad de México, porque ahí tenemos familia por los dos lados; por parte de mi padre y por parte de mi mamá. Llegamos al aeropuerto y nos fueron a recibir, mi abuelo, don Luis, que es el que falleció en el sismo, que es papá de mi mamá, y mis tíos. Mi abuelo era egresado de Derecho pero más bien se dedicó al comercio ahí mismo, sobre la misma calle de Venustiano Carranza tenía su negocio de telas.

Monchito, entrevista, exclusiva

"Después de recibirnos en el aeropuerto, nos vamos al departamento de mi abuelito, y cenamos todos juntos, incluyendo mis vecinos, Yeldi y sus hermanos, que es Maye e Israel, con quienes crecimos juntos desde niños. Llegamos y lo primero que hicimos fue ir a buscarlos, para platicarles que habíamos llegado de Cozumel, y que al día siguiente tomábamos el avión. Sólo íbamos a dormir esa noche en México porque al día siguiente tomaríamos el vuelo a Zihuatanejo.

"Veníamos de mundanza, traíamos tres o cuatro maletas, y hasta un periquito y dos gatos… y pues claro que no cabíamos todos en un sólo depa. Mi hermano (Monchito) siempre fue el súper consentido de mi abuelo, y por eso es que se decide que esa noche el niño (Luis Ramon) se quede a dormir en el departamento de mi abuelo, y el resto en el de mi tía, que estaba recién casada, nos quedamos mis papás, el bebé y yo. 

COMIENZA EL SISMO

"Comienza a temblar a las 07:19 de la mañana. Mi tía Mary era maestra, entonces ella se está alistando para irse a trabajar, cuando… mi papá dice que desde que empezó a temblar abrió la puerta pensando que se calmaría. Pero en cuestión de segundos el sismo se hizo más fuerte. Entonces se escucha el crujir de un edificio que se cae; en ese momento yo me despierto. La camita que a mí me ponen para dormir da hacia la puerta, y cuando yo abro mis ojos, lo primero que veo es a mi papá, que está dando dos pasos, no dio más, hacia el departamento de mi abuelo, y en ese mismo instante se regresa y se da la vuelta porque ya el edificio se venía encima. De hecho mi papá queda agarrado, colgando entre varillas y una nube de polvo… y hasta ahí.

"… Entonces salen corriendo mi mamá y mi tía para ayudarlo… pero en un segundo ya teníamos el edificio encima. El depratamento era en el primer piso, en la planta alta, por decirlo así, y para salir a la calle pues entendemos que tienes que bajar un nivel, por las escaleras… pues el edificio se derrumbó de manera que cuando nosotros empezamos a caminar, pues caminamos sin tener que bajar escaleras porque desde la planta baja al primer nivel eran planchas y planchas de concreto. Entonces como pudimos mi papá agarró al bebé, y yo me agarro de mi mamá… y ahí es cuando comienza la pesadilla. Recuerdo a mis papás cuando comienzan a gritarle a mi hermano y a mi abuelo. Mi papá sobre todo, griaba ¡don Luis, Don Luis! y empieza a mover piedras. ¿Cómo mueves piedras mientras debajo de ti y sobre la criatura hay placas y placas de concreto? Empiezan a gritarle ¡don Luis, Monchito! ¿Me oyen? Pero lo primero fue sacarnos a nosotros, como pudimos de entre los escombros, afuera del edificio… y hasta ahí. Entonces empieza él buscar y buscar; comienzan a llegar rescatistas; como a la hora llega el hermano de mi mamá, y como un loco desesperado, empieza apegar de gritos, y bueno, ya de ahí te podrás imaginar… 

Monchito, entrevista, exclusiva

LOS DÍAS DE ANGUSTIA POSTERIOR AL DERRUMBE

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"Entonces pasan los días y llegan los los famosos 'Topos'. Ya después se dieron cuenta de que el edificio que se cayó era de maquila de ropa, porque entre los escombros había fierros de máquinas de coser, y fue muy complicado poder hacer algo por retirarlos. En ese momento nos preguntaron nombres de todos los que estábamos en el edificio al momento del sismo… y salió Yeldi, nuestra vecinita, su mamá, su abuelita y resultó afortunadamente que los demás ya habían salido a trabajar. En esa parte donde se cae el departamento de mi abuelo, tanto un piso arriba como un piso abajo, no había gente, así que los únicos que quedaron en esa construcción fueron i abuelo don Luis y mi hermano Monchito; eran las únicas dos personas que se estaban buscando en ese derrumbe.  

"Tú veías la vecindad y no lo creías: parecía que diosito, con una regla, hubiera dicho 'hasta aquí nomás'. De la cocina del departamento de mi tía, por ejemplo, se cayeron unos cuantos trastes de la alacena, y eso fue todo lo que le pasó. El derrumbe fue, literalmente, justo sobre esa cara de la vecindad donde estaba el departamento de mi abuelo. Arriba vivían otras personas; Laila, su esposo y una nena. Abajo eran bodegas, pero los vecinos de arriba ya habían salido.  

EL SHOW MEDIÁTICO Y EL DESFILE DE PERSONALIDADES

La voz de Alejandrina es diáfana y no esconde sus emociones; a cada inflexión, a cada palabra, el énfasis corresponde con el sentimiento de lo narrado. Llega el momento de preguntarle sobre las partes más manidas de la historia. Las que en 1985 narraron con fruición los periódicos de la época, los noticieros de la televisión. Incluso, sobre los detalles ofrecidos por la crónica escrita por el periodista del diario español El País, José Comas, que apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de octubre de aquel año.

Monchito, entrevista, exclusiva

"Qué te diré. Ese desfile de personalidades que describen fue como unos cinco días después del sismo, no inmediatamente. Efectivamente; llegó Plácido Domingo, llegó Lourdes Guerrero… en diferentes momentos y días pero sí estuvieron ahí. También llegó Lolita Ayala, los hijos de Miguel de la Madrid… el que se nos quedó muy grabado fue Plácido Domingo, porque inclusive llegó con juguetes. Buscó a mis papás y llevó juguetes de regalo diciendo que eran para Monchito, porque él estaba bien seguro de que lo iban a rescatar, y eso les levantaba el ánimo a mis papás. Me acuerdo que trajo un león de peluche, de esos enormes y preciosos que llaman mucho la atención, ¡Uy! mucho tiempo nos acompañó en casa ese león, creo que fue de las pocas cosas que conservamos. Por su parte, mi papá se mantuvo muy al margende todo… ¡cuando vi la primera parte de tu reportaje, vi la foto y ¡pegué un grito! ¡Es mi papá! Por eso de que hay muy poco material en cuanto a fotografías, y el que se ve en la foto de la Prensa es mi padre…

CUMPLEAÑOS Y SIGUE LA BÚSQUEDA ENTRE LOS ESCOMBROS

"Transcurren los días, y llega el cumpleaños de mi hermanito (el menor), el 4 de octubre. Mi mamá empieza ya a procurar más estar con nosotros, y a estar menos tiempo en el lugar del desastre. Pero que el que permanece ahí, día y noche, fue siempre mi papá.  Fue el cumpleaños de mi hermano el que hace cinco años falleció; ese bebé que cumplió tres años el 4 de octubre del 85, en el 2012 fallece. A mi hermano le detectan cáncer de vejiga en el 2011 y lucha contra la enfermedad un año. Lo dan de alta, el doctor nos informa a toda la familia que está sorprendido por el caso… todo bien. Para estro mi hermano pertenecía a un motoclub chopper. cero alcohol, cero desmadre, era como nomás el gusto de andar en las motos. En febrero lo encuentra de frente una camioneta. Venía jugando carreritas con otro, y al quererer rebasar al compañero, se mete en sentido contrario, en el carril de mi hermano. Lo encuntra de frente y fallece de manera instantánea… eso fue en el 2012.  

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"Pero bueno es ese cumpleaños que te platico, del 4 de octubre… cumple años el bebé, cumple sus tres añitos, y pero mi mamá ya estaba un poco más preocupada por ver a sus otros hijos, a los que ya tenía días sin ver. Como mi papá hablaba conmigo por teléfono, el 28 de octubre me dijo que no iba a dejar que entraran las máquinas, porque él quería encontrar a mi hermano. Días antes, no tengo noción de cuándo, encuentran a mi abuelo.. mi abuelo era corpulento, así, gordito, y lo encontraron… mi tío, que actualmente vive con nosotros, fue a quien le tocó dar fe de los restos. Dice que lo reconoció por un anillo que nunca se quitaba, el cual tenía una M de Maldonado. También lo reconoció por una parte de su pijama de franela que llevaba ese día puesta. A mi abuelo sí pudimos darle sepultura; está en el panteón Jardín, en la misma tumba donde ya se encontraba mi abueltia, que ya había fallecido varios años antes.

Monchito, entrevista, exclusiva

SE INAUGURAN LAS ESPECULACIONES SOBRE LA 'INEXISTENCIA' DEL NIÑO

Alejandrina prosigue con el relato. Es un tema sentido, demasiado personal como para no estremecer a quien relata, lo mismo que a quien escucha. A veces habla bajito y pausado, como quien comete una indiscresión, y a ratos se le oye risueña, sumergida en los recuerdos agridulces que evoca sobre lo que le ha tocado vivir a su familia.

Del flashback pasamos al tiempo presente. No han transcurrido más que unos cuantos días desde el sismo del 19 de septiembre… del 2017. Hablamos sobre cómo 'Frida', la niña 'fantasma' del 19-S, trajo de vuelta a Monchito y lo colocó de nuevo bajo el reflector mediático. Ambos casos son comparados por la opinión pública y la prensa. Las redes sociales opinan sin piedad. Pero el fenómeno no es nuevo. Alejandrina refiere una anécdota para ilustrarlo.   

"Desde hace 25 años mi papá nos lleva a la Feria del Libro de Guadalajara. Ahí, mi mamá encuentra un libro y lo empieza a hojear… y es la primera vez que ve publicado como decirlo, de manera 'oficial' la historia de la 'caja fuerte'. Y entonces empieza a llorar, se pone muy mal, y mi papá la saca y la jala y se la lleva. A mí después me surge la curiosidad y trato de enterarme qué libro es. Hasta después de un tiempo me entero que es una partecita de un libro de Carlos Monsiváis, pero no es él quien lo escribe…" 

Alejandrina se refiere al libro "No sin nosotros, los días del terremoto". En él, Monsiváis entrevista al coordinador del rescate de Monchito, Adolfo Gómez Ibarra. Él es quien especula sobre lo que se dijo de la caja fuerte; que Monchito era un invento de don Mauricio, el padre del niño, para rescatar de los escombros una supuesta caja fuerte con 25 millones de pesos de aquellos años. Alejandrina se ríe del asunto. "No, pues no… no puede ser cierto…", señala.

Monchito, entrevista, exclusiva

LA CAJA FUERTE SÍ ERA 'FANTASMA'

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Y sobre la supuesta caja fuerte, Alejandrina aclara; 

"De hecho, mira, hubo un distanciamiento en la familia. Una vez que encuentran el cuerpo de mi abuelo, como que mi tía, es de entenderse, como que calma ya su ansiedad. Se sobrepone por decir un poco del tema de la pérdida del papá, de mi abuelo, y se empieza a preocupar por lo que sige… porque de alguna mi abuelo le ayudaba aún cuando era recién casada, pues mi tía estaba por cumplir el año apenas. Entonces empieza a querer juntar a los hermanos para ver qué hacer. Les dijo; tenemos que movernos ahí a donde se derrumbó la tienda, y sacar la mercancía… efectivamente la tienda de mi abuelo no se derrumbó: quedó intacta. Lo único que pasó es que la cortina de metal quedó chueca, y entonces mi tía le pagó a alguien para que le ayudara a sacar los rollos de tela, pero la tía se sintió ofendida con mi mamá y mi papá porque no se quisieron involucrar; mis papás estaban con el alma en un hilo, a ellos lo que les interesaba era encontrar el cuerpo de mi hermano, no recuperar rollos de tela, ¿sabes? Y afortunadamente cuando mi papá se reporta con sus jefes después de lo del rollo del terremoto, le dicen: arregla lo que tengas que arreglar, tu trabajo está aquí, te esperamos, y entonces comienzan a negociar tiempos de espera, porque resulta que el epicentro fue en Guerrero, y el hotel al que mi papá iba a llegar a trabajar en Zihuatanejo sufrió muchísimas afectaciones, y mi padre, la posición de mi papá era gerente de mantenimiento, su promoción era así… y pues claro que lo estaban esperando.     

"Mi abuelo tenía años, años viviendo en la vecindad de Venustiano Carranza… sus hijos nacieron ahí, mi mamá y mis tías nacieron ahí en ese edificio… todo el mundo conocía a mi abuelo. Seguro que más de una persona pudo haber mencionado que era dueño del edificio, o un señor bien acomodado. No sé de dónde o qué pudieron haber dicho para que se interpretara como que estaban buscando una caja fuerte con 25 millones de pesos y no un niño…"

Monchito, entrevista, exclusiva

NOS VAMOS DE LA CIUDAD… CON UN INTEGRANTE MENOS

"De por sí el no haber encontrado a mi hermano es un tema difícil para mis papás. No me preguntes cómo, pero de la nada llegaron dos padres, pero no de la iglesia católica romana, sino episcopal, una variante muy parecida. El caso es que se presentan y poyan muchísimo a mis padres. Les dan mucha serenidad dentro de su pena, vaya, surge por ahí un tema de religión, de la biblia. Algo del arrebato, de que Dios elige a alguien, a una persona, y que de la nada desaparece. Mis padres, en su dolor, un poco sí y un poco no, tratan de apegarse a esa creencia… al final el cuerpo de mi hermano pues no lo encuentran y nos vamos de la Ciudad de México con un integrante menos en la familia, y con un dolor muy grande. 

"Mi mamá logra no asimilar ese dolor, sino resignarse un poquito más rápido con el pasar de los años. No así mi papá; cada 19 de septiembre se nos ponía muy mal, y era mucho llorar, mucho cuestionarle a la vida… difícil… y lo entiendo porque él fue quien estuvo 24 horas seguidas, 24 días sin parar después del temblor, sin moverse del lugar. Entonces imagínate qué fue lo que vio, lo que vivió, lo que escuchó… el sin fin de emociones, esos episodios de que sí contestó mi hermano, que no contestó… esas máquinas de detectar sonidos… preguntarle ¿eres tú? Si eres tú da dos golpes, si quieres agua, no sé qué tanto le preguntaban… y ándale que se escuchaban los golpes, entonces era una zozobra… Iba de la esperanza al desasosiego total…"    

EL DOLOR LOS VUELVE A ALCANZAR

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Arriba a la parte de su relato que une dos sismos separados por treinta y dos años. Esta vez, las redes sociales han maximizado el poder de alcance de un dislate o un gazapo. El caso 'Frida Sofía' trae a colación el 'caso Monchito' y cunde la desinformación.

"El jueves, (dos días después del temblor del 19 de septiembre de 2017) yo estoy yendo a dejar a mi hijo a la escuela… y de repente en un alto me dice, mira mamá, y me pasa su teléfono y me muestra un tuit de una persona, no un reportero ni nada, que empezó a especular con lo de Frida Sofía y a dudar de la existencia de mi hermano… mira, me considero una persona muy tolerante, pero entonces le escribí; disculpa, ¿qué te parecería si te dijera que soy la hermana de ese niño, y que sí existió? Veo en tu perfil que también eres mamá. Te pido un poco de respeto, ya que, imagínate tú qué sentirías si hoy de la noche a la mañana, alguien cuestiona la existencia de tus hijos… a los dos segundos me bloqueó del twitter…

"Luego, una compañera de trabajo, viene y me dice… Oiga lic, ¿ya vio? Creo que desde la noticia esa de la niña Frida están diciendo cosas también de su familia… y le dije, sí, ya me di cuenta pero no hay qué hacer caso… Me dije, cero y van dos… y a la hora de la comida que estoy con mi padre, pues lo veo que está con el semblante apachurrado, y le digo a mi hijo; cámbiale, hoy no vamos a escuchar noticias… ¿Qué pasó abuelito? pregunta él. Ya empezaron otra vez con sus chismes de lo de mi hijo, y sí me duele. Sí me duele, sí me pesa, y aunque yo diga que ya me siento bien, repuesto, como padre me duele, hija. Le dije; sí papá, tienes toda la razón… Pero imposible ahorita en este tiempo de redes sociales, y de tanta comunicación ponernos a callar gente…

"Luego veo a mi madre… tuve cita con la dentista, y ¿qué crees que me enseñó? Una publicación, un facebook que dice que mi hijo… y ya ver a mi mamá triste, y preguntarme por qué la gente opina si no sabe, se siente entre dolor y coraje… y eso fue finalmente lo que me hizo subir el post que tú viste. Pero también vi gente que escribía; no sabíamos, y entonces empiezan a pedir disculpas… Decían; soy una de las personas que lo replicó, pero ahorita corrijo, y pues ya con esas muestras (de solidaridad) y ya con el pasar de las horas de ver el revuelo de las redes sociales, de ver la cantidad de información que circula en nuestros medios, ya fue lo que me hizo decir: ya está, listo. Ya no voy a hablar, no voy a publicar más nada sobrfe el tema…     

"No quisiera llegar al grado de tener que publicar (una foto de Luis Ramón). Sí, sí tengo fotos de mi hermano… conservamos en la familia una foto de unos cuantos días antes de la mudanza, antes de salirnos de Cozumel. Tal vez es la última foto que le tomamos a mi hermano. De hecho estábamos en la playa… sí pero no, no quisiera, porque por lo mismo se viraliza la información y en un segundo la foto está en manos de quién sabe quién.. no quisiera que llegara a mal utilizarse o que simplemente la gente siga escribiendo… como en tu reportaje, hay gente que contestó muy feo, y dicen babosada y media, no quisiera que mis papás lo vieran…

Pasó el tiempo. Alejandrina siguió los pasos de su padre en el ramo hotelero. Para ponerle el punto final a su relato con un dejo de esperanza, cuenta que pronto habrá una convención… en Cozumel.

"Mis papás nunca quisieron volver a Cozumel porque es un lugar donde tenemos las experiencias más bonitas de convivencia familiar con mi hermano. Mis papás, como matrimonio estaban súper estables en esos años, convivían con los tres hijos, el bebé, Monchito y yo… En todos estos años mi papá nunca quiso poner un pie en Cozumel. Siento que no voy a aguantar, decía, no quiero poner un pie en esas calles, no, no voy a poder. Bueno. Mi mamá también dice que es impensable. Y ándale, que por favor, destino divino, ahora tiene qué ir a una convención allá. Tal vez es el momento que mi papá necesita para estar solo en aquel lugar y sentirse mucho más tranquilo con este episodio… ojalá que así sea…" dice Alejandrina.

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