El sismo del pasado 19 de septiembre no sólo derrumbó viviendas y monumentos históricos, sino que también afectó manantiales que alimentan a diversos balnearios y que riegan miles de hectáreas de sembradíos agrícolas.
Las autoridades de Morelos informaron que el terremoto provocó graves daños en los balnearios de Agua Hedionda, en Cuautla; San Ramón y Palo Bolero, en Xochitepec, y Apotla, en Puente de Ixtla.
En otros balnearios, como Las Huertas, en Tlaquiltenango, sus aguas termales sufrieron una transformación que las convirtió en amarillentas, por lo que han perdido su atractivo.
En contraparte, en el poblado de Itzmatitlán, municipio de Yautepec, el agua comenzó a brotar dentro de una vivienda.
El manantial más dañado es el de Agua Hedionda, que alimenta al balneario del mismo nombre y riega más de dos mil hectáreas de diversos cultivos.
El director del Fideicomiso Agua Hedionda, Juan Carlos Pascual, explicó que en la fosa del manantial hay muchas grietas y que las compuertas que abastecen a las demás albercas son muy viejas, por lo cual se les tiene que dar mantenimiento, pero descartó que se vaya a cerrar.
Pascual comentó que ya se tuvo la visita de especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes dictaminaron que el PH del agua no cambió.
Según los científicos, el sismo provocó una grieta en las faldas del Popocatépetl, por lo que el agua que corre al manantial del balneario se desvió, provocando escasez del líquido.
La titular de la Secretaría de Turismo del Gobierno estatal, Mónica Reyes Fuchs, confirmó que el sector turístico en la entidad sí se está viendo afectado por el cierre de balnearios.
“El Popocatépetl tuvo una fractura en su base y eso hace que el agua no llegue de la misma manera que estaba llegando a nuestros balnearios naturales para poder alimentar las albercas; al día de hoy, Agua Hedionda está vacío”, comentó.
Reyes apuntó que, luego de un sismo, algunos manantiales pueden desaparecer temporalmente o de manera definitiva, además de que podría cambiar la composición mineral de sus aguas o variar la temperatura.
A través de un comunicado, el Gobierno del estado informó que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y su similar a nivel estatal diseñan alternativas para evitar afectaciones a la zona agrícola, ya que el manantial de Agua Hedionda abastecía una parte del caudal hacia la región oriente para regar a más de dos mil 600 hectáreas, mientras que el manantial San Ramón regaba más de 80 hectáreas en su zona de influencia.
“En caso necesario, el flujo que aportaban los manantiales se garantizará a través de pozos, líneas de conducción desde otras fuentes o cárcamos de bombeo; y se reducirá la demanda a través de la tecnificación del riego”, indica el comunicado.
En general, el sector turístico reportó una caída del 80 por ciento en sus ingresos, pues se cancelaron casi todos los eventos que tenían programados para este fin de año.
En materia agrícola, aún no se tiene cuantificada la afectación, pues será hasta la temporada de secas cuando se note la carencia de agua para regar los cultivos.