Síguenos

¿Qué estás buscando?

25 noviembre, 2024

Regiones

Toda una vida llevando diversión a los pequeños

Desde que era un niño, cuando acudía a las ferias de su pueblo, cerca de la capital de la República, don Luis del Alba tuvo la ilusión de tener sus propios juegos mecánicos. Ahora tiene 70 años de edad y medio siglo de dedicarse a recorrer las fiestas tradicionales en varias ciudades del país, todas con motivos religiosos. Hace unas semanas llegó a la ciudad para participar en las festividades en honor al Cristo Negro, señor de San Román.

En entrevista, don Luis narró que toda su vida se ha dedicado a llevar la diversión a los niños y familias de todas partes de la República con sus atractivos juegos mecánicos, única actividad que le gusta y conserva por amor, ya que disfruta enormemente cuando ve a algún pequeñito sonreír cuando da vueltas en los carruseles, o a los jóvenes pasear vertiginosamente en los remolinos o los gritos de alguien sobre los juegos más emocionantes como el tobogán o la montaña.

Él mismo cuenta que sus padres le enseñaron el oficio o la actividad, que a lo largo de su vida le ha llevado a atesorar gratas experiencias, conocer ciudades, fiestas y tradiciones de cada lugar por donde va y aprender sobre el comportamiento de las personas.

Mencionó que cada vez es más complicado poder dedicarse a este tipo de actividades, sin embargo vivió buenas épocas que no podrá olvidar jamás, ya que todo era más económico y el dinero rendía.

Lamentó que ahora es más difícil dedicarse a esta actividad, por los altos costos de los aparatos y de la vida. Indicó que antes un carrusel costaba alrededor de 10 mil pesos, luego subieron a 50 mil y ahora un tobogán o los caballitos cuestan hasta los 200 ó 300 mil pesos.

Señaló que en tiempos pasados los carruseles llevaban gasolina, que hacía su funcionamiento mucho más económico, sin embargo, los juegos mecánicos modernos son manejados con energía eléctrica y cada propietario tiene que comprar plantas generadoras, que son muy costosas.

Señala que él tiene siete juegos mecánicos, por lo que le es difícil sobrevivir, pero hace lo que es necesario, viaja, se presenta en ferias y aguanta, aunque le caiga la lluvia, el sol, duerma poco y tenga que cuidarse de los asaltos.

Advertisement. Scroll to continue reading.

El fiestero cuenta con su tobogán o resbaladillas, una minipista, el arbolito o martillo sube y baja, carros chocones y un tren circus, y cobra la vuelta entre 15 a 20 pesos por persona.

Dijo que a veces las condiciones en las que trabajan no son muy buenas, pero cuando llegan a un lugar donde las autoridades y organizadores de las ferias les dan facilidades, se animan a seguir adelante y a darle duro a sus maquinarias, para continuar divirtiendo a chicos y grandes.


 

Te puede interesar

Advertisement