A las 20:44 del 19 de septiembre de 2017, el centro de México vivía entre el pánico y el caos. Miles de voluntarios buscaban entre los escombros a los sobrevivientes y las sirenas se escuchaban por toda la ciudad. A esa hora y a 693 kilómetros de altura un satélite pasaba sobre el territorio mexicano, registrando movimientos en el terreno causados por el terremoto.
Poco más tarde esta información sirvió para que en California un equipo de especialistas crease un mapa que ahora es herramienta útil para detectar cambios en el suelo que podrían representar problemas para la infraestructura de las zonas afectadas y ubicar zonas dañadas aisladas de las vías de comunicación.
Después del sismo, un equipo de investigadores de ARIA (Análisis Avanzado y Rápido de Imágenes), un proyecto del Jet Propulsion Laboratory (JPL) en la NASA, comenzó a recopilar información proveniente de dos satélites de investigación llamados Sentinel-1A y Sentinel-1A.
"Seis horas y media después del sismo un satélite Sentinel pasó por encima de la zona afectada y recopiló información de la zona", Sang-Ho Yun, miembro del equipo de ARIA e investigador del JPL dijo a HuffPost México vía Skype.
En lugar de cámaras fotográficas, los satélites Sentinel, propiedad de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) usan un radar que envía ondas de radio al suelo y que al rebotar son convertidos en mapas.
Lo que hizo el equipo de ARIA fue comparar las imágenes obtenidas la noche del 19 de septiembre con otras obtenidas once días atrás.
"Al sobreponer ambas imágenes de la superficie, pudimos ubicar las zonas donde la superficie se había movido, sea por construcciones derribadas o por desplazamientos del suelo. El mapa, convertido en un archivo tipo kmz para ser leído en el programa Google Earth, convirtió esas diferencias en miles de puntos donde el terreno presentó algún cambio en un área de 29,750 kilómetros cuadrados en los estados de México, Morelos, Puebla, Tlaxcala y la Ciudad de México.
Así vieron los ojos de los satélites Sentinel la colonia Roma Norte, uno de los epicentros del sismo:
SE MEDIRÁ CADA CAMBIO REGISTRADO POR EL SISMO
De acuerdo con Sang-Ho Yun, cada punto mide aproximadamente 90 metros cuadrados y a medida que se hace más oscuro en una escala de cuatro colores (amarillo, anaranjado, rojo y café) la alteración es más pronunciada. Sin embargo, aclara que los resultados de las mediciones satelitales no son definitivos, "este análisis sólo determina el sitio de alteración de la superficie.
La vegetación y otros factores pueden afectar las mediciones y estudios posteriores podrán determinar la naturaleza y dimensiones exactas de las alteraciones, elevaciones o hundimientos del suelo", señaló el investigador.
Con el fin de validar las observaciones del terreno, el equipo de ARIA relacionó los datos con el mapa elaborado por #Verificado19S, el grupo de voluntarios quienes han recopilado y ordenado información relacionada con daños en edificaciones, solicitudes y ofertas de ayuda usando plataformas como Google Maps.
"Este contraste con la información de los voluntarios nos permitió tener la confianza suficiente para relacionar algunos de los puntos con daños en edificaciones", dijo Sang-Ho.
El trabajo del equipo de ARIA es constante y ahora los satélites Sentinel tienen su vista en Puerto Rico, donde los mapas construidos por el equipo ayudarán a detectar daños causados por el huracán María y facilitar el trabajo de las autoridades, pero también de la sociedad civil, "el trabajo que realiza la NASA tiene una naturaleza pública, por lo que nos interesa que las personas tomen esta información y sea de utilidad", concluyó el investigador mientras que a 693 kilómetros de altura dos ojos miran el suelo a la espera del siguiente movimiento en alguna parte del mundo.
Con información de Huffpost