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25 noviembre, 2024

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¿Por qué la Torre Latino no se cae?

La Torre Latinoamericana se encuentra ubicada en la esquina del Eje Central Lázaro Cárdenas y la avenida Francisco I. Madero, el rascacielos, con 44 pisos, fue el edificio más alto de la capital del país desde su construcción hasta 1972 y obtuvo el record de la torre más alta del mundo fuera de Estados Unidos. 

Este rascacielos ganó fama a nivel internacional cuando resistió el terremoto el 28 de julio de 1957, gracias a su construcción con estructura de acero y pilotes profundos, dicha hazaña le mereció un reconocimiento del American Institute of Steel Construction (Instituto Americano de la Construcción de Acero).

La torre tiene tres sótanos que funcionan como un barco en el agua. La construcción se encuentra sobre 361 pilotes de concreto reforzado, enterrados a 33 metros de profundidad.

“No hay resortes, aquí hay un sistema hidráulico, que consiste en que el cajón de cimentación está flotando sobre el agua del manto freático. Se habla de balines, se habla de resortes; pues no, es como el casco de un barco flotando”, explica.

Esto hace que en un temblor, el edificio no se mueva como péndulo, sino como víbora, en sentido opuesto a las ondas sísmicas.

El “sistema nervioso” de la Torre Latinoamericana se ubica dentro del “barco”, en donde hay tres sistemas de bombeo con diferente presión para abastecer a los 44 pisos de agua.

De inmediato detalla que tendría que registrarse un sismo superior a nueve grados Richter para preocuparse. El esqueleto de la torre es de acero, y este material también contrarresta los movimientos provocados por terremotos.

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Al fondo del sótano se pueden observar aún las calderas que sólo funcionaron 20 años, y suministraban agua caliente a los pisos. Hoy su uso representaría un riesgo por la cantidad de diesel que ocupan.

Como parte de las medidas de seguridad del edificio, se evita utilizar gas y los sistemas son totalmente eléctricos, incluidos los del piso 38 hacia arriba.

El piso 14 es considerado “zona de riesgo”, ya que de ese punto hacia arriba la estructura se adelgaza. Pero Ariceaga considera que el diseño arquitectónico es muy seguro, pues responde al principio de las pirámides.

Ante una emergencia, se echan a andar tres motores de 45 caballos de fuerza, que garantizan que funcionen los sistemas de agua y luz. Pero desde 1956, cuando se inauguró la torre, no se ha instrumentado el manual de emergencia.

Pero el edificio de 44 pisos aún tenía que enfrentar un reto mayor: el terremoto de 8.1 grados Richter del 19 de septiembre de 1985, pese a la fuerza del fenómeno "la Latino", se mantuvo en pie frente a la destrucción de edificios vecinos.

Otro 19 de septiembre pero de 2017 un sismo de 7.1 grados sacudió sus cimientos, sin embargo, permanece en píe, de manera aparente sólo sufrió el rompimiento de algunos cristales que ya se encuentran en proceso de reparación.

Con información de: El Universal

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