Originario de la junta municipal de Seybaplaya, Osmel Amiel, con cerca de tres años de estar labrando y con un sueldo de $1500.00 pesos semanales, cubriendo el puesto de empacador de cemento con protección deficiente, declaró que al no haber trabajo, tenía que soportar este tipo de acciones, ya que ni una autoridad se ha preocupado por su integridad y sus derechos laborales, pues los pocos que llegaban, eran abordados por los dueños y ni los dejaban pasar.
El ex trabajador de la cementera, dijo estar sumamente enojado y que al igual que sus compañeros, no pueden decir una sola palabra, mucho menos hacer alguna declaración ante algún medio pues al hacerlo estarían echándolos a la calle, pues su principal objetivo es producir a costa de cualquier tipo de trato a los trabajadores.
“Todo lo que dice sobre buenos tratos son mentiras, nos tratan peor que esclavos, nada de lo que mencionan es verdad, nos pagan a tiempo, si es verdad, pero una miseria por el tiempo que estamos en la empresa, no tenemos equipo adecuado y lo poco que tenemos nos lo venden, nos hacen trabajar horas extras, nunca pudimos hablar con los de la secretaría del trabajo, las veces que llegaron, los paraban en la palapa y ellos mismos los atendían y se retiraban, no puedo estar seguro al cien por ciento, pero creo que les daban su lanita pues nunca nos entrevistaron” dijo Beytia Mendieta.
“Ese Agustín Barrio, siempre nos ha tratado a mentadas de madres, es el hijo del mero patrón y abusa de su cargo, con regaños y hostigamientos y no se pone a ver si es hombre o mujer, solo le gusta presumir de su calidad de jefe y nunca atiende una necesidad, si nos dejáramos, estaríamos trabajando noche y día para el sin algún pago extra” mencionó el trabajador despedido.
Con cerca de tres años laborando en la empresa Montserrat, Osmel Beytia, dijo que al ser despedido, ellos mismos, por medio de una persona de nombre Rubén, supervisor y gente de confianza de los dueños, llevaron a los trabajadores hasta la junta de conciliación y arbitraje con dos testigos de su misma confianza y ellos mismos los trajeron hasta Seybaplaya, donde les pagaron los que quisieron, pero los trabajadores necesitados de dinero, aceptaron lo que les dieron y ni siquiera les pagaron lo de la semana de trabajo.
No pueden hacer alguna declaración ante algún medio pues al hacerlo estarían despedidos automáticamente.
