El gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo el domingo que los daños provocados por el huracán Harvey ascenderán a entre 150,000 millones y 180,000 millones de dólares, superando a fenómenos climatológicos anteriores como Katrina o Sandy.
Harvey, que tocó tierra el 25 de agosto como el huracán más potente que golpea Texas en 50 años, dejó una cifra estimada de 47 muertos y desplazó a más de 1 millón de personas tras provocar destrozos en una zona superior a los 480 kilómetros.
Abbott, que está pidiendo ayuda del gobierno para reparar su estado, afirmó que los daños superarán a los provocados por Katrina, que devastó Nueva Orleans y sus alrededores en 2005, y Sandy, que golpeó a Nueva York y el noreste del país en 2012.
“Si mal no recuerdo, Katrina costó más de 120,000 millones de dólares, pero cuando ves el número de casas y negocios afectados, creo que costará mucho más que 120,000 millones de dólares, probablemente entre 150,000 millones y 180,000 millones”, comentó Abbott en Fox News, agregando que “es mucho más grande que el huracán Sandy”.
La gente vuelve a sus casas. Ven que ya nada es recuperable. Todo lo que tenían está aquí. Ahora son montañas de basura #Harvey #Houston pic.twitter.com/vhRYp1Yqir
— Almudena Ariza (@almuariza) 3 de septiembre de 2017
El gobierno del presidente Donald Trump pidió al Congreso una cantidad inicial de 7.850 millones de dólares para los esfuerzos de recuperación, una cifra que fue calificada por Abbott como una “entrada”.
“Hay un largo camino por delante si vamos a reconstruir la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos, además de la región geográfica”, dijo Abbott.
Houston seguía intentando recuperarse el domingo, cuando la ciudad obligó a la evacuación de miles de personas en la zona occidental que se vieron afectadas por la liberación del agua acumulada en una represa. En la mañana se cortó la electricidad de los hogares para animar a la evacuación a los que se negaban a dejar sus hogares.
La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) hizo públicas sus preocupaciones el sábado respecto a 13 lugares denominados “Superfund”, antiguas zonas industriales muy contaminadas que se inundaron y podrían expandir sus toxinas.
“La gente debe tener mucho cuidado cuando empiece el proceso de reconstrucción (…) La EPA está supervisando esto y va a estar pendiente”, indicó Abbott.
El director de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) calificó la ayuda federal como un “rayo de esperanza”, pero aseguró que las autoridades estatales y locales también deben hacer su parte.
“Necesitamos que los funcionarios electos a todos los niveles se sienten, pulsen el botón de reinicio y se aseguren de que tienen todo lo que necesitan para aumentar los niveles de autosuficiencia”, dijo el administrador de la FEMA, Brock Long, a CBS News. “No pueden depender solo de la gestión federal de emergencia”, agregó, declinando especificar cuánto dinero pedirá finalmente la Casa Blanca al Congreso.
No obstante, el alcalde de Houston, Sylvester Turner, afirmó que su ciudad está logrando progresos en muchos frentes, reanudando los servicios municipales y ayudando a que la gente vuelva a sus casas y abandone los albergues de emergencia.
“Esta es una ciudad capaz. No vamos a intentar dar pena”, señaló Turner en el mismo programa de CBS News antes que Long. Hablando desde el George R. Brown Convention Center, que llegó a albergar a 10,000 afectados por las inundaciones, dijo que en la actualidad hay “mucho menos de 2,000” personas refugiadas allí.
Los daños de la tormenta también se están convirtiendo en un reto económico y humanitario para Trump, que visitó Houston el sábado y se reunió con algunas de las miles de personas en albergues y con rescatistas que ayudaron a poner a salvo a muchos de los sobrevivientes.
Con información de Noticieros Televisa