La prostitución y la explotación laboral de centroamericanas en la zona fronteriza de Tabasco, son las modalidades más silenciosas de trata de personas que aún no visibilizan las autoridades estatales, advierte Rubén Figueroa.
El representante del Movimiento Migrante Centroamericano (MMC) advierte que se trata de un delito fomentado por los mismos traficantes de indocumentados, desde sus países de origen, a partir del engaño de que llegarán a México o a los Estados Unidos obtendrán un trabajo muy bien remunerado.
"La primer forma de enganchamiento es que van personas a comunidades marginadas, prometiendo un trabajo en México ya sea en casas de familias o en comercios, y cuando a estas mujeres ya están aquí, son obligadas a ejercer la prostitución.
"La otra modalidad de este delito es el de traficantes de personas que prometen trasladar a los migrantes a los Estados Unidos e incluso en muchas ocasiones, les dicen que no es necesario que tengan familiares en los Estados Unidos, y ese es uno de los ganchos más fuertes", explica.
"Entonces, las mujeres caen en esos engaños y que son traídas a México con esos fines, a zonas fronterizas y turísticas. La explotación se da con el primer pago o posteriormente durante el viaje se le somete a extorsión o a la privación de la libertad, en hoteles", indicó.