La estadística de estos delitos es lamentable, La Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia confirman que en el primer semestre de este año 927 niños han sido víctimas de algún tipo de violencia, ya sea física, sexual o psicológica, llegando al grado de omisión de cuidados y hasta corrupción de menores.
En comparación con el año 2016, el incremento es preocupante, ya que en aquel entonces las cifras ascendían a 416 casos en contra de menores de 17 años, de los cuales en el primer semestre fueron atendidos 191.
Otro dato revelado por parte del INEGI, señala que las entidades en la república mexicana con más casos registrados de este tipo ante el ministerio público son Yucatán y Tamaulipas, las lesiones presentadas por los menores son inferiores al promedio pero superiores en víctimas.
Hay tres tipos de delitos catalogados por dicha dependencia (INEGI), el primero se refiere a la violencia letal y sexual en menores de edad, mientras que el segundo va dirigido a la violencia que proviene de los padres, tutores o algún familiar cercano. El tercero y último caso se genera normalmente en las escualas, entre ellos el hostigamiento, difamación, acoso y exclusión, atribuidos frecuentemente a rasgos físicos, niveles socioeconómicos, raciales y sexuales de la víctima implicada.