Pasaron las horas, y bajo los efectos del sol, la piel de la niña comenzó a reaccionar alérgicamente hasta niveles extraordinarios.
Los tatuajes de henna utilizan un producto químico llamado parafenilendiamina que se añade a la henna para que el color sea más oscuro, pero que puede causar reacciones alérgicas en niños.
Madison Gulliver, australiana, estaba de vacaciones en Egipto con su familia cuando se realizó un tatuaje de henna en el hotel donde se alojaba. Pasadas unas horas, le empezó a doler y tuvo que ser atendida en la unidad de quemados del hospital debido a las graves quemaduras que se le habían producido.
A la niña le aparecieron grandes ampollas a lo largo del dibujo, que tuvieron que sanar en el centro médico, dejando cicatrices en el brazo de la menor, según informa Mirror.
El padre de la niña, Martin, habló sobre lo ocurrido pero declara que "el hotel afirma que no es la henna y es la piel de mi hija".
Martin añadió: "En parte es culpa mía porque yo no sabía el peligro, pero también es culpa del salón por utilizar productos químicos peligrosos en los niños".
El hotel se disculpó y ya no ofrece este servicios de tatuajes para sus clientes.
Las Asociaciones de Pediatría han alertado sobre los riesgos de los tatuajes de henna negra para los niños.
El problema es que la henna negra no es henna natural.