Llevan más de 18 años viviendo en esta zona, tiempo en que la autoridad toleró una invasión que devastó una extensión de mangle.
Su problema de falta de energía eléctrica, fue solucionada por la Comisión Federal Electricidad (CFE), con la construcción de registro comunitario de medidores, de donde se desprenden decenas de cables que atraviesan las lagunas interiores y que hoy, con el paso del tiempo, se convierten en un riesgo, al encontrase debajo del agua.
“Hemos pedido ayuda a las autoridades municipales, pero nadie quiere escucharnos”, afirma Daniel Trinidad, el cual teme el día que un fuerte viento o una embarcación, provoque que los cables se rompa y la electricidad corra por el agua.
“Estamos propensos a morir más de 6 mil personas que vivimos en esta zona, ya que durante las crecientes, todas las casas se inundan, todos los vecinos estamos dentro del agua, todos los vecinos, podemos morir”, asienta.
Mario Gómez, asegura que ha tratado de dialogar con las autoridades, sin embargo, nadie ha querido atenderlos, “nos preocupan porque en esta temporada de huracanes, podría registrarse un problema mayor”.