El PRI quitó candados y abrió la puerta para ampliar su baraja de precandidatos presidenciales.
La mesa de estatutos de la 22 Asamblea Nacional aprobó la posibilidad de que sin cortapisas un simpatizante o ciudadano de "buena fama pública" pueda ser candidato a la Presidencia de la República.
Además, quitó el requisito de 10 años de militancia para quien aspire a esa candidatura siendo militante priísta.
En el primer caso, la modificación favorece las aspiraciones del Secretario de Hacienda, José Antonio Meade; en el segundo, ayuda al Secretario de Educación, Aurelio Nuño.
La nueva redacción será establecida en el artículo 181 de los estatutos priístas -antes 166. La nueva disposición establece que la Comisión Política Permanente podrá aprobar la participación de "ciudadanas y ciudadanos simpatizantes" en el proceso de postulación de candidatos a cargos de elección popular.
Como condición, los aspirantes deberán tener buena fama pública y un nivel de reconocimiento y aceptación para estar en condición competitiva para ganar.
El impulsor de la propuesta fue el ex Secretario de Organización del CEN tricolor, José Ramón Martel, quien es identificado con Meade.
Piden castigar corrupción interna.
En un contexto en el que ex gobernadores como Javier Duarte y Roberto Borge han sido encarcelados por desviar recursos públicos, el PRI busca incluir el combate a la corrupción y a la impunidad entre sus principios rectores.
Durante el primer día de trabajo en la mesa de Declaración de Principios, los delegados discutieron el proyecto que propone medidas orientadas a combatir la corrupción y la impunidad.
(Con información de Agencia Reforma)