Rafael, Walter y Zaida terminaron el bachillerato, pero por falta de recursos sus padres no pudieron apoyarlos para que continuarán sus estudios en la universidad.
Estos jóvenes forman parte de un ejército de al menos mil 500 egresados que no continuarán estudiando en Tabasco y que engrosan las filas del empleo informal, donde son explotados de 8 a 12 horas al día, con salarios que van de 3 mil a 6 mil pesos mensuales.
En Tabasco terminan cada año sus estudios de preparatoria por lo menos 15 mil jóvenes.
"Nos contrató una empresa que le trabaja a una empresa telefónica; tenemos que laborar todo el día consiguiendo clientes, por un salario de alrededor de mil 500 pesos a la semana", asegura Zaida Aguilar Morales, de apenas 18 años, quien además asegura, tiene que trabajar para mantener a su pequeño de apenas un año de edad.
"Son contratos eventuales, sin ninguna prestación como el Seguro médico; si nos pasa algo nadie responde por nosotros, pero no nos queda otra opción más que agarrar lo que hay", señala Rafael González Morales, quien igual se ve obligado a trabajar para mantener a su menor hijo.
José Luis Jiménez es otro caso de jóvenes explotados, pues fue contratado por una empresa de ropa para ofrecer prendas en la calle Juárez de la Zona Luz.
"Desde las primeras horas tengo que tratar de vendedor, pero ahora con esta crisis nadie compra. Me la paso parado y caminando en un tramo de cinco metros hasta ocho horas, por apenas mil 200 pesos a la semana", asegura.
Según un análisis de la empresa International Youth Foundation (IYF), citado por la Agencia Reforma, en el país los jóvenes de preparatoria que se emplean en trabajos informales perciben un salario de alrededor de 3 mil 500 pesos al mes, casi la mitad de aquellos egresados que consiguen un trabajo formal.
"Un poco más de 60 por ciento de los chicos termina empleándose en la informalidad y con un trabajo que apenas supera los 3 mil pesos mensuales. Esto tiene que cambiar", señaló Jorge Barragán, director general para México de la firma.
Afirmó que debe haber un cambio de paradigma a fin de que los alumnos concluyan sus estudios y aspiren a ganar 6 mil 500 pesos mensuales o más en la formalidad; es decir, con un empleo con prestaciones y seguridad social.
Crece la informalidad
Cabe señalar que en Tabasco, a raíz del alto desempleo, debido al cierre de empresas producto de la debacle petrolera, las fuentes de trabajo que se generan son en su mayoría en el sector informal.
De acuerdo con cifras del INEGI, de las 902 mil 817 personas que tienen un empleo en el estado, el 64.9 por ciento son en la informalidad. Es decir, 585 mil 928 personas realizan labores sin prestaciones de ley y sin realizar pago de impuestos.
'Hasta enfermo tengo que trabajar'
José Luis Jiménez. Vendedor de ropa.
Desde el año pasado que salí de la prepa trabajo de lo que sea; hoy vendiendo ropa, mañana paletas o promocionando algún producto, pero siempre sin ninguna prestación", señala José Luis Jiménez Olán.
Asegura que en su familia son seis hermanos, y sus padres ya no le permitieron seguir estudiando por falta de recursos, por lo que tiene que ingeniárselas para sobrevivir, por lo que decidió buscar un empleo.
"Gano mil 200 pesos a la semana, es poco, pero con eso ayudo a mis padres. No he podido colocarme en un mejor trabajo porque me piden estudios y cuando les digo que sólo tengo la preparatoria me dan las gracias. Está muy difícil la situación actualmente", afirma.
José Luis asegura que hasta enfermo tiene que trabajar porque no le dan Seguro Social, y tiene que conseguir para mantener a su familia.
"Cuando en la empresa les pido dinero para el médico me dicen que yo lo ponga, pero como sólo tengo para comer, pues la enfermedad solita se me pasa", afirma.
'Me embaracé y ahora tengo que laborar'.
Zaida Aguilar Morales. Promotora de Telefonía.
Tiene apenas 18 años de edad, trabaja de 8 a 12 horas al día para poder ganarse unos mil 500 pesos a la semana para mantener a su menor hijo de apenas un año de edad.
"No pude seguir estudiando, me embaracé y ahora tengo que trabajar en lo que sea, afortunadamente me avisaron unos amigos para entrar de promotora en una empresa de servicio de celulares, donde a su vez otra empresa nos subcontrató", asegura Zaida Aguilar.
"Nos explotan, porque tenemos que cubrir una cuota de registro de clientes, además no nos dan Seguro Social, ni otra prestación, pero es lo que encontré para ganarme unos pesos para mantener a mi hijo", afirma.
Zaida destaca que quiso seguir estudiando, pero desafortunadamente no tuvo el apoyo de sus padres.
"Tú te lo buscaste, pues ahora resuelve tu problema trabajando, son las palabras que mis padres me dijeron cuando supieron que estaba embarazada", apuntó.