Hace un año Alberto Ortega Zamora se dio el gusto de tener una mascota y se compró un cachorro de león en 40 mil pesos. Él hombre de 38 años es comerciante, está casado y tiene tres hijos.
En entrevista con Excélsior, contó que fue por medio de un amigo, que lo encontró “lo único que sé es que venía de un criadero de leones, así lo conseguí. Me lo trajeron de un mes y desde esa edad lo tuve”.
Simba, como lo nombró, comía carne de res, luego carne de pollo y conejo, alrededor de cuatro a cinco kilos diarios.
El felino, aseguró Alberto, “sólo ronroneaba y jugaba, nunca fue agresivo. Nunca dio molestias a los vecinos, debido a que no permanecía en el patio”.
El jueves, esta “mascota”, que ya pesaba 90 kilos, dejó este hogar en el que jugaba dentro de una reja de tres por dos metros ubicada en la azotea, y donde incluso, cuando era más pequeño durmió la siesta con los hijos de Alberto.
Elementos de la Brigada Animal de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina lo aseguraron por no estar condiciones idóneas.
Me dicen que hubo una llamada anónima, vinieron y hablé con ellos: les dije que era el dueño, los subí a que vieran al animal y constataron que tenía su chip y un papel que avalaba que lo había comprado, todo estaba en regla”, sostuvo el dueño.
Alberto quería donar a Simba al Zoológico de Chapultepec, pero nunca tuvo respuesta.
Les comenté que pensaba donarlo para que estuviera en un lugar con pasto, tierra, árboles y otros animales”.
Sin embargo, Simba ahora está en cuarentena en instalaciones de la Profepa, al sur de la Ciudad de Mexico.
