A esta resolución llegaron los constructores tras elevarse el precio del cemento y de los materiales para las obras, por lo que para no salir perjudicados ni dañar la economía de los que menos tienen, tendrán que proyectar casas modestas, tienen que ser verticales, pero seguras y a precios accesibles.
El constructor indicó que desde 2016 viene registrándose el incremento del cemento, así como del resto de materiales de construcción. Si este aumento llegara al 12 por ciento, definitivamente impactaría en la economía de los desarrolladores.
Los constructores tendrán que ajustar sus presupuestos y tener cuidado con los apoyos crediticios de los bancos, por sus elevadas tasas de interés, por ello apostarán por construir viviendas radicales, es decir, casas austeras.
“Se trata de apoyar la economía familiar de aquellos que ganan salarios muy bajos y quieren adquirir una casa a bajo costo”, indicó.
Los agremiados al Ampi participan en el desarrollo económico de la entidad, pero también requieren recuperar sus inversiones, y entre los proyectos buscan ofrecer casas usadas pero bien arregladas a precio accesible.
Indicó que el saco de cemento costaba 150 pesos el año pasado, pero paulatinamente el precio fue subiendo este año, actualmente llegó a los 220 pesos.
