Más de 2,000 efectivos continúan luchando contra el incendio que arrasa el centro de Portugal desde el sábado, dejando a su paso al menos 63 muertos y un paisaje desolador en un país impactado ante la magnitud de la tragedia.
El fuego, que arrancó el sábado por la tarde en el municipio de Pedrógão Grande, en el distrito de Leiria, se ha extendido también a los de Castelo Branco y Coimbra, y mantiene cuatro frentes activos.
<blockquote class="twitter-video" data-lang="es"><p lang="es" dir="ltr">Terrorífico incendio en <a href="https://twitter.com/hashtag/Portugal?src=hash">#Portugal</a><br>Al menos 62 muertos.<br>30 personas calcinadas en sus autos intentando huir<a href="https://t.co/CkZm1xbeVn">pic.twitter.com/CkZm1xbeVn</a></p>— borisvian1 (@shababaty) <a href="https://twitter.com/shababaty/status/876513165324021761">18 de junio de 2017</a></blockquote>
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El número de víctimas mortales ha subido a 63 con la muerte, esta tarde, de un bombero que permanecía ingresado en estado muy grave.
Según el último balance oficial ofrecido por la ministra de Administración Interna, Constança Urbano, el incendio deja otros 62 heridos, varios de ellos de gravedad.
Los efectivos terrestres todavía no han conseguido acceder a algunas aldeas cercadas por el fuego y la baja visibilidad ha dificultado el trabajo de los medios aéreos, especialmente en las primeras horas del día, en una zona en la que las temperaturas rondan los 38 grados, con viento de moderado a fuerte.
“Es necesario llegar a todo el territorio para ver si hay más víctimas en las pequeñas aldeas”, repartidas por la Sierra de Lousã y la cuenca del río Zezere, dijo Rui Rocha, alcalde de la localidad de Ansião, una de las afectadas por las llamas.
La versión que manejan las autoridades lusas apunta a que el fuego se inició por el impacto de un rayo en un árbol seco en la tarde del sábado, con temperaturas de 40 grados y fuertes vientos que ayudaron a propagar las llamas.
A pesar de que los portugueses están acostumbrados a sufrir numerosos incendios cada verano -es el país de la Unión Europea más afectado por las llamas en este siglo-, la magnitud de esta tragedia les mantiene impactados.
Muchos siguen sin entender cómo el fuego pudo expandirse con tanta rapidez, cercando aldeas enteras y una carretera que une los municipios de Figueiró dos Vinhos y Castanheira de Pera, donde treinta personas murieron atrapadas dentro de sus vehículos.
El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, apeló desde el centro de operaciones instalado en localidad de Avelar, a concentrar todos los esfuerzos en combatir el fuego, en vez de discutir las causas y las posibles responsabilidades que puede acarrear la tragedia, por la que se han decretado tres días de luto nacional.