Según datos de la CNDH, la población migrante está compuesta por 35 mujeres, de las cuales 12 están embarazadas y cuatro son adultas mayores, 213 niños y adolescentes, 10 recién nacidos, y 151 hombres, de los cuales ocho son de la tercera edad.
En los últimos días han surgido brotes de enfermedades gastrointestinales y salpullido en la piel por la falta de higiene personal, ya que no hay un lugar para bañarse. El suministro de alimentos proporcionados hace días por pobladores y la Pastoral Social de Guatemala es insuficiente. Además no hay agua potable y las personas realizan sus necesidades fisiológicas en la tierra.
La CNDH pidió tanto al Instituto Nacional de Migración (INM), como a las secretarías de Relaciones Exteriores (SRE), Gobernación y Desarrollo Social (Sedesol) y Salud (SSA), así como a los gobiernos estatal y municipal, que de manera coordinada, de acuerdo con sus competencias, y con pleno respeto a la dignidad y derechos humanos de las personas desplazadas, se lleven a cabo acciones inmediatas para prevenir enfermedades contagiosas.