El Arzobispo de la Iglesia Ortodoxa de México, Antonio Chedraoui, falleció la madrugada de ayer a los 85 años en la Ciudad de México.
Para expertos en religión, Chedraoui fungió como un puente entre la comunidad libanesa y los grupos políticos y económicos del país.
Elio Masferrer, especialista de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), explicó que a partir de su llegada a México, el 28 de diciembre de 1966, el prelado se transformó en una especie de capellán entre los empresarios libaneses y los políticos mexicanos.