Lucía Martínez
Agencia Reforma
Juan Gedovius siempre supo que quería dibujar monstruos, dragones y criaturas imaginarias. ¿Has sentido ese mismo interés? Bueno, pues este narrador, quien hoy es un famoso ilustrador de cuentos para niños, puso manos a la obra. Todo comenzó cuando el Fondo de Cultura Económica solicitó dibujantes para los libros infantiles que estaban creando, Juan no dudó y pidió hacer una prueba, el único problema es que estos cuentos eran sobre algo extraño, que él no había di-bujado antes: ¡niños comunes y corrientes! Éstos no eran los personajes que a él le interesaban y, aunque aprendió a hacerlos, se dio cuenta que la única manera en la que iba a pintar a los dragones y monstruos que tenía en su imaginación era si él mismo crea-ba las historias.
Fue así como nacieron "Trucas", un libro sobre un duende doméstico, y "Luciana, la Pejesapo" que brilla en la oscuridad del mar.
SU TÉCNICA"
Yo uso pinceles, no pixeles", es la frase que el autor emplea para describir cómo trabaja, pues, aunque no está negado a hacer sus dibujos utilizando programas de computadora, sus instrumentos de creación favoritos siguen siendo el papel y la pintura acrílica.
SU CONSEJO"
Para Juan, lo más importante para convertirse en un ilustrador es no de-jarse engañar con la idea de que ésta es una profesión para seres extraños. "Las películas siempre nos han pintado a los autores como personas solitarias que se aíslan en una casa en Irlanda para escribir su nueva novela o que se toman un café en París, cuando la realidad es que se trata de una actividad tan fácil o difícil como cualquier otro trabajo".
SU INSPIRACIÓN"
Algunos piensan que la inspira-ción es de esas cosas escondidas en una caverna en la que vive un dragón dorado que te hace cinco preguntas, y cuatro son de mate-máticas; dentro de un cofre con una calavera de una bruja a medio podrir la que le abres la boca, y sobre la lengua tiene una bote-llita con un liquido que te tomas, cuando la realidad es que viene de todos lados LO MÁS IMPORTANTE "Cuando ilustras te vuelves biólogo, astron-auta, historiador o lo que la historia necesite para que el resultado sea lo más apegado a la realidad posible", dice. Para Juan, quien de joven quería estudiar biología, ésto es especialmente importante cuando lo que dibuja son animales, ya sean reales o imaginarios.Por ejemplo, cuando ilustró "Un Domingo con los Dinosau-rios" se basó en fó-siles para agregar-les músculos, piel o hasta plumas
