En enero de 2013, a una mujer de 29 años en un hospital del IMSS en Acapulco, Guerrero, le realizaron una biopsia en el seno derecho, después de que en un ultrasonido le detectaron dos quistes.
Después de realizarle estudios la joven fue enviada a quimioterapia, pero al llegar al Hospital General un oncólogo le informó que no podía aplicarle el tratamiento porque no tenía ningún tumor.
Con base en nuevos estudios, los médicos determinaron que el área que le fue extirpada se encontraba sin alteraciones y sugirieron que la paciente no padecía cáncer.
Debido a estos hechos, la joven decidió interponer una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la cual resolvió emitir la recomendación 21/2017 dirigida a Mikel Arriola, director general del IMSS.
En la narración de hechos, la CNDH estableció que se le detectaron dos quistes a la joven y un patólogo le diagnosticó cáncer.
De acuerdo a los hechos de la CNDH, en la recomendación 21/2017, a la fémina le realizaron una biopsia en el seno derecho, después de que en un ultrasonido le detectaron dos quistes. El patólogo a cargo, mal interpretó los resultados, y determinó que ella tenía cáncer el 20 de febrero del mismo año.
Sin embargo, el diagnóstico no fue confirmado con los estudios de “inmunohistoquímica y patología molecular”, debido a que no se contó con suficiente tejido para realizarlo.
En seguida fue remitida de manera urgente a Oncología para realizarle una “mastectomía radical derecha”; además le tomaron muestras para un estudio.
Tres meses después, los resultados de la patología determinaron que ella no tenía cáncer.
