El grupo terrorista Estado Islámico (EI) asesinó el pasado primero de junio, al menos, 170 civiles que intentaban escapar de uno de sus últimos reductos en el oeste de la ciudad iraquí de Mosul (norte), denunciaron hoy autoridades locales y residentes.
La masacre tuvo lugar en el barrio de Al Zanyili el pasado día 1 de junio, según el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Consejo de la provincia de Nínive, de la que Mosul es capital, Gazuan al Daudi.
El representante provincial detalló que la mayoría de las víctimas son niños, mujeres y ancianos, y que decenas de personas resultaron heridas después de que los yihadistas abrieran fuego contra ellos en frente de la fábrica de Pepsi ubicada en ese distrito.
Uno de los supervivientes de la matanza, Ahmad Mahmud al Hamduni, dijo a Efe que los muertos superan los 200, según los cadáveres que vio en el lugar, que se amontonaban junto a los heridos.
Al Hamduni detalló que las víctimas habían salido a primera hora de la mañana de sus hogares y recorrieron la calle denominada Pepsi, que conduce a la fábrica de bebidas gaseosas, con el objetivo de huir hacia Al Nayar, controlado por las fuerzas gubernamentales.
Los yihadistas empezaron a disparar al grupo de civiles cuando llegaron a un "área abierta, sin edificios en los que poder refugiarse", entre la puerta principal de la fábrica y el hospital Avicena.
Los combatientes radicales abrieron fuego indiscriminadamente con metralletas, así como los francotiradores apostados en los tejados, mientras los residentes "comenzaron a huir de esa área abierta hacia los edificios que hay calle arriba".
"Más de 200 personas no lo lograron" relató Al Hamduni, el cual detalló que "la mayoría eran niños, mujeres y ancianos, que no podían correr deprisa".
Añadió que los francotiradores siguieron disparando a los heridos para acabar con sus vidas y que las tropas iraquíes no llegaron a tiempo para salvar a muchos de ellos.
Al Hamduni y otros no pudieron escapar ese día y se escondieron en una de las casas cercanas a la calle principal, desde donde podían escuchar "los gritos de las mujeres y los niños heridos", relató.
"Varias personas y yo permanecimos dos días escondidos y la madrugada del sábado logramos huir y alcanzar la zona controlada por las fuerzas iraquíes en Al Nayar", concluyó.
Al Hamduni aseguró que uno de sus amigos falleció y otros tres resultaron heridos, al igual que él mismo.
Otro superviviente, Saad Amar, se lamenta por la suerte que van a correr los que han perdido a sus familiares: "Nadie llorará su muerte, nadie llorará por ellos, ni responderá a sus llamadas, ni alimentará a sus hijos, ni protegerá a sus mujeres".
Amar dijo además que muchos de los supervivientes se han quedado sin identificación, porque cada familia guardaba los documentos todos juntos y estos han sido extraviados, lo cual puede acarrearles problemas legales ante las autoridades iraquíes cuando busquen refugio fuera de Mosul.
Por otra parte, el oficial Saad al Muhamadaui de la IX Brigada de Blindados del Ejército no quiso ofrecer una cifra de víctimas y se limitó a asegurar que había un gran número de heridos.
Asimismo, aseguró a Efe que las tropas "recibieron a las familias que lograron llegar al barrio Al Nayar, les dieron comida y bebida, así como tratamiento médico".
Al Zanyili, barrio popular con muchos habitantes, es uno de los pocos en los que el EI aún tiene presencia, pero hoy mismo las fuerzas iraquíes han conseguido controlar el 60 por ciento del distrito, según anunció el comandante de la Policía Federal, Raid Shaker Yaudat.
Las fuerzas iraquíes están evacuando a centenares de civiles de la zona, que es uno de los tres barrios de los que no han sido expulsados los radicales, además del casco antiguo de Mosul, donde están atrincherados.
Las tropas iraquíes luchan en la parte occidental de la urbe desde el pasado febrero, después de que consiguieran a principios de año hacerse con el control de la mitad oriental de Mosul, dividida en dos por el paso del río Tigris.