Cada mañana, cuando el sol apenas ilumina las calles, Juan Antonio López, de 62 años, emprende su ritual: camina hacia el gimnasio con paso firme. “Juanito”, como lo llaman sus amigos, no lo hace por vanidad, sino por convicción profunda.
“Me interesa mucho mi independencia. No quiero que mis hijos me vengan a levantar”, confiesa con una sonrisa que revela décadas de disciplina. Desde los 18 años, Juan Antonio ha sido fiel al ejercicio: maratones, natación, entrenamiento de fuerza. Hoy, a sus 62, adapta rutinas, pero no las abandona.
“La actividad física me ha fortalecido mental, física y socialmente; gracias a ella hice amigos”.
Mientras algunos contemporáneos batallan con diabetes o rodillas desgastadas, él camina erguido. “Muchos no cuidan su peso y eso se nota. Yo no tengo esos problemas”.
Su historia es un espejo para un país que envejece a toda velocidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2030 una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 60 años; para 2050, superarán los 2 mil 100 millones globalmente.
En México, la población de 65 años o más pasará de 10.8 millones en 2023 a 26.8 millones en 2050 (CONAPO e INEGI). De joven nación, México transita a una con edad mediana proyectada en 43 años para mitad de siglo.
Cristina Rodríguez Gutiérrez, directora de Medicina del Deporte de la UNAM, lo resume claro: el envejecimiento saludable no se mide en años de vida, sino en independencia.
“El mejor seguro es el músculo. El ejercicio aeróbico añade años; el de fuerza, calidad”.
La sarcopenia —pérdida natural de masa muscular con la edad— acelera la fragilidad: subir escaleras, levantarse de una silla o cargar bolsas se convierten en hazañas.
“Podemos retrasarla acumulando ‘ahorro muscular’ desde jóvenes”, explica Rodríguez. Recomendaciones del Colegio Americano de Medicina del Deporte: 150 minutos semanales de actividad moderada (o 75 vigorosa), más 2-3 sesiones de fuerza. “Basta para mejorar movilidad, memoria, equilibrio y salud general”.
Sin embargo, México no está preparado. En 2024, solo 41.1 por ciento de adultos mayores de 18 años fueron activos físicamente (MOPRADEF-INEGI), un ligero aumento desde 39.8 por ciento en 2023, pero con brecha de género: 46.5 por ciento hombres vs. 34 por ciento mujeres.
Decisiones cotidianas —la comida, la caminata pospuesta, el sueño irregular, el estrés acumulado— tejen el futuro.
Rodríguez sugiere: incorporar frutas, vegetales, semillas y legumbres; rutina de sueño; evitar tabaco y exceso de alcohol; hobbies antiestrés; vínculos sociales. “No evitamos envejecer, pero elegimos cómo. La vejez que soñamos se entrena hoy”.
Juanito cierra con optimismo: “Nunca es tarde. Recomiendo a mayores empezar con bajo impacto, unirse a grupos o programas comunitarios”.
