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20 diciembre, 2025

Layda Sansores

Campeche

POSADA ENCIENDE EL BARRIO DE GUADALUPE

CAMPECHE, CAMP. La tarde de ayer cayó sobre el barrio de Guadalupe con ese aire tibio que anuncia que la Navidad está a la vuelta de la esquina. Entre luces, música y el murmullo de vecinos llegando con paso tranquilo, la gobernadora Layda Sansores se mezcló en el convivio para recordar —sin solemnidad, solo como quien vuelve a casa— la tradición que heredó de su padre, Carlos Sansores. Habló de risas, abrazos y recuerdos; de un barrio que mantiene viva una costumbre “de pura familia y unión”, mientras la gente ya comenzaba a acomodarse para disfrutar la noche.

A unos metros, el olor a taquitos recién preparados se confundía con el sonido de niños corriendo detrás de los juguetes exhibidos para la rifa. Abuelitos buscando sombra en las sillas, adolescentes midiendo la pista imaginaria para bailar, adultos sosteniendo platos humeantes, todos compartiendo ese caos ordenado que solo se da en las posadas del barrio, donde cada risa parece rebotar entre las paredes antiguas de Guadalupe.

 

La rifa cargó su propia emoción. Canastas navideñas, juguetes, bolsas de regalos, tostadoras, licuadoras, hornos de microondas y un aire acondicionado fueron desfilando entre aplausos y gritos de sorpresa. Cada número llamado levantaba un pequeño oleaje entre el público, sobre todo entre familias que llegaron con la ilusión de llevarse algo más que la cena.

La noche cerró con música, baile y esa sensación de comunidad que pocas veces se captura en un evento público. Más allá del mensaje inicial de Sansores, lo que se impuso fue la tradición misma: un convivio que sigue vivo porque el barrio lo sostiene, lo celebra y lo reconoce como suyo cada diciembre.

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