CDMX.– Una densa columna de humo negro se elevó sobre los límites de Toluca y San Mateo Atenco, tiñendo de luto el cielo mexiquense.
Un jet ejecutivo Cessna Citation III, matrícula XA-PRO, se precipitó a tierra poco después del mediodía, cobrando la vida de al menos 8 de las diez personas que viajaban a bordo: el piloto, el copiloto y ocho pasajeros que regresaban de Acapulco con destino al Aeropuerto Internacional de Toluca.
El impacto fue devastador. La aeronave se estrelló contra un taller mecánico dedicado a la reparación de tráilers, en una zona industrial cercana a la colonia San Pedro Totoltepec. Cámaras de videovigilancia del C5 captaron el momento posterior: una explosión seguida de un incendio voraz que consumió rápidamente los restos del fuselaje.
Los primeros respondientes –bomberos de Toluca, Metepec y San Mateo Atenco, junto a elementos del Servicio de Urgencias del Estado de México (SUEM), Protección Civil y la Guardia Nacional– llegaron de inmediato para combatir las llamas y buscar sobrevivientes.
Adrián Hernández, coordinador de Protección Civil del Estado de México, confirmó que el saldo trágico: siete personas fallecidas en el sitio y una más hallada después.
Según rastreos de vuelo, el jet había despegado de Acapulco alrededor del mediodía de lunes y se encontraba a escasos kilómetros de tocar pista en Toluca cuando ocurrió lo irreparable. Audios filtrados de la cabina revelan la angustia final de la tripulación: “Nos estamos desplomando”, alcanzó a transmitir el piloto antes de perderse la señal.
Las causas del accidente permanecen bajo investigación por parte de la Agencia Federal de Aviación Civil.
Una vez más, el cielo nos recuerda su fragilidad. Siete familias esperan respuestas, y el Valle de Toluca llora una tragedia que pudo haber sido evitada. Descanse en paz quienes partieron en ese vuelo truncado.
