CAMPECHE.- En el corazón del histórico Barrio de San Francisco en Campeche, reside una fe profunda que a menudo se manifiesta en momentos de gran necesidad.
Los vecinos Javier de Los Ángeles y Manuel Rodríguez Sánchez emprendieron este año una peregrinación singular, marcando un hito en su vida devocional. Por primera vez, se presentaron en el santuario ataviados con el humilde ropaje del Beato Juan Diego, un acto que simboliza la entrega y la esperanza ante la adversidad. Esta vestimenta no es un simple disfraz, sino el cumplimiento de una promesa sagrada, un testimonio visible de su devoción inquebrantable.
La razón detrás de esta significativa ofrenda radica en la grave crisis de salud que afrontó Manuel Rodríguez recientemente. La enfermedad lo colocó al borde de la desesperación, llevando a Manuel Rodríguez Sánchez a recurrir al auxilio divino.
En un momento de profunda angustia, Javier elevó una súplica a la Virgen María, comprometiéndose a realizar una promesa específica y una ofrenda solemne si Manuel lograba superar la etapa crítica y recuperar la salud.
El compromiso adquirido por Javier fue la fuerza que guio sus pasos hasta el santuario una vez que el milagro de la recuperación se hizo patente.
