CDMX. Analistas y comentaristas opositores no pierden oportunidad para pintar un panorama apocalíptico: La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo está al borde del abismo, con una aprobación en picada que refleja un México dividido y al límite. “Terrible desaprobación”, “pérdida masiva de apoyo”, “el país polarizado por su culpa”: así lo repiten en columnas, programas de radio y redes sociales a favor del neoliberalismo.
“¿y si les dijéramos que la encuesta fresca de Mitofsky, esa misma que en su momento dudaban en las elecciones de 2024, pinta un cuadro bien distinto? Siete de cada diez mexicanos aprueban su gestión, un repunte de 10 puntos en un año”, afirma la presidenta de México, desde Palacio Nacional.
Pero vayamos a los números duros, esos que no se prestan a interpretaciones sesgadas. La encuesta nacional mensual de Consulta Mitofsky, revela que en noviembre la aprobación de Sheinbaum se mantiene en un robusto 70.1 por ciento, una ligera baja de 1.4 puntos respecto a octubre (71.5 por ciento), pero idéntica a la de junio y, sobre todo, 10 puntos por encima de su arranque en octubre de 2024 (61.5 por ciento).
Es un crecimiento sostenido que la ubica por encima de los primeros años de sus predecesores: Andrés Manuel (AMLO) bajó 4 puntos en su debut anual, Peña Nieto 6.7. “No ha traicionado sus principios ni al pueblo”, celebró la presidenta en su conferencia matutina, atribuyendo el respaldo a la continuidad de programas sociales —79 por ciento de aprobación entre beneficiarios— y una defensa firme ante amenazas externas como aranceles de Trump (59 por ciento aval).
Las variaciones regionales y demográficas pintan un México real, no el de los titulares alarmistas. El Noreste (75.3 por ciento) y el Sur (hasta 81 por ciento en Tlaxcala e Hidalgo) la respaldan con fuerza, impulsados por estados como Campeche y Chiapas (80por ciento).

