CAMPECHE, CAMP. El PAN en Campeche amaneció con dirigencia nueva y mensaje viejo, uno que remueve sospechas y acomoda piezas políticas que nadie quería admitir: “nuestro enemigo está afuera… el gobierno morenista y mocista”. Con esa frase, Wendy Casanova no solo celebró su triunfo; marcó territorio y dejó flotando la pregunta: si Morena y Movimiento Ciudadano son el enemigo, ¿el aliado natural termina siendo el PRI? El discurso contradice lo dicho por el dirigente nacional, Jorge Romero, quien pidió evitar confrontas externas antes de reconstruir la casa. Casanova ganó con 38 votos sobre los 32 de Nelly Márquez, una derrota que no solo fue numérica.
Márquez había mostrado músculo previo a la asamblea, aun así, su planilla terminó retirándose antes del anuncio oficial, una retirada que dejó en claro que la fractura interna sigue sin soldarse pese al llamado a la unidad.
La contienda se celebró a puerta cerrada y con la prensa limitada a unos minutos para tomar imágenes, un hermetismo que recordó la tensión acumulada durante meses. El voto extraordinario definió la dirigencia 2025–2027 entre dos fórmulas, Márquez–Cámara y Casanova–Gómez.
La victoria de Wendy fue recibida con júbilo entre los delegados, pero el verdadero impacto llegó cuando tomó el micrófono. Extendió la mano a Márquez, pidió trabajar “como familia” y enseguida soltó la línea que marcó el giro político del día: “nuestro enemigo está afuera”. La frase cayó como piedra en un lago tranquilo, dejando claro que el PAN se prepara para confrontar directamente a Morena y MC.
Ese posicionamiento, tan frontal, reavivó especulaciones, si el PAN define enemigos públicos, termina acomodándose naturalmente en un bloque que incluye al PRI, el partido al que siempre acusa en campaña, pero con el que suele coincidir en el Congreso y en los pactos discrecionales.
Esa posibilidad no es menor cuando Acción Nacional en Campeche apenas conserva dos diputaciones plurinominales y busca sobrevivir en un mapa político dominado por los morenistas.
En una contienda interna donde Wendy prometió respetar los resultados, ahora inicia su periodo con un discurso que no solo apunta hacia afuera, sino que también deja presión dentro, un partido dividido que tendrá que definir si sigue su ruta histórica o entra de lleno al bloque que se está reconfigurando rumbo a 2027.
