CAMPECHE, CAMP. El espíritu navideño huele a canela y a ofertas en el comercio establecido, pero este año, para miles de pequeños empresarios, huele a profunda injusticia y a desesperación. A las puertas de la mejor temporada de ventas, la Federación Estatal del Pequeño Comercio ha lanzado un grito de auxilio contra la amenaza que se cierne sobre sus negocios: la invasión descontrolada de comerciantes informales.
“En esta temporada navideña se llena las avenidas de pura gente que no paga impuestos”, sentenció María Candelaria González Cajún, presidenta de la federación, evidenciando que esta práctica no solo afecta la estética urbana, sino que destroza la posibilidad de una Navidad financieramente estable para los que sí operan dentro de la ley.
La denuncia se centra en la marcada diferencia de trato. Los formales, esos que garantizan un local fijo, que dan empleo y que pagan a tiempo el predial y hasta el impuesto de Protección Civil, son constantemente vigilados y presionados por las autoridades.
“Nosotros pagamos el predial, el agua, tenemos que estar al día con todos los impuestos para poder tener derecho a una licencia de funcionamiento”, explicó González Cajún.

