CAMPECHE, CAMP. El Buen Fin arrancó en Campeche y este año cambió el ritmo de consumo, los campechanos dejaron de lado los gadgets y electrodomésticos para enfocarse en ropa, zapatos y estrenos de temporada. Desde temprano, las calles del Centro Histórico se llenaron de pasos apresurados, vitrinas brillantes y el aire vibrante del que busca renovar su clóset sin vaciar la cartera. Los letreros rojos del 20, 30 y hasta 40% de descuento marcaron el pulso del día.
Este año, los campechanos cambiaron el rumbo del consumo. Nada de televisores gigantes ni gadgets de última generación, La gente buscó estrenar antes de diciembre, adelantar regalos o simplemente darse un gusto sin sentirse culpable. Durante un recorrido por CAMPECHE HOY se observó que las miradas se dirigían más a los estantes de ropa y calzado.
CADA COMPRA TIENE SU HISTORIA
En “Cuidado con el Perro”, Diana Cruz reía nerviosa mientras revisaba etiquetas. “Estas camisas suelen estar caras, por eso aprovecho ahora”, dijo, sosteniendo una blusa como si fuera trofeo. En el comercio “Pakar”, el desfile era de pies felices, tacones, tenis, botines. Ernesto Vivas celebró su compra. “Unos tenis de mil quinientos que me salen en 700… una ganga”, exclamó.
Mientras tanto, don Esteban Reyes arrastraba una caja con orgullo. “Un aire con 40% de descuento no se ve todos los días, esto es mi Navidad adelantada, fácil gasté unos 3 mil pesos”, contó entre risas.
Pero no todo fue impulso. Hubo planeación y estrategia. Doña Violeta Estrella comparaba precios antes de llenar su carrito con juguetes para sus nietos, “porque después suben planeo gastar unos 2 mil pesos”, y Joaquín Campos lo resumió con sabiduría doméstica. “No hacen falta celulares ni teles, la felicidad está en ver reír a los niños”.
Otros, como don Joel Gómez, sí apuntaban alto. “Quiero una tele buena de más de 10 mil, de esas que duran años”, decía mientras observaba una pantalla de 70 pulgadas. Y entre tanto movimiento, doña Luisa Alcocer sonreía. “Amo los zapatos, encontré varios pares en 300 pesos cada uno y quiero llevarme tres pares, para salir o para el trabajo”, confesó.
ENTRE DESCUENTOS Y DESEOS
Las historias resumieron lo que muchos buscaban este Buen Fin “darse un gusto sin culpa”. Entre risas, bolsas y decisiones a contrarreloj, se percibe una mezcla de emoción y cálculo. Los compradores se detienen, sacan el celular, revisan precios en línea, hacen cuentas mentales. “Este año sí se ve diferencia”, comentaban varios.
Antes, los descuentos apenas rozaban el 10 o 15%, ahora alcanzan el 40% y las tiendas lo saben, hay más promociones, escaparates vistosos y estrategias para enamorar tanto a los compradores tradicionales como a los digitales.
El Buen Fin en Campeche no es solo un fin de semana de ofertas. Es un ritual social, una competencia silenciosa por encontrar el mejor precio y la satisfacción de estrenar algo sin romper el bolsillo.
