CAMPECHE, CAMP. El miércoles amaneció con movimiento en pleno Palacio de Gobierno. Desde temprano, decenas de personas aguardaron varios minutos para ser parte de la “Audiencia Ciudadana”. Un encuentro cara a cara entre los campechanos y la mandataria Layda Sansores. Algunos llevaban carpetas bajo el brazo, otros solo la esperanza de que, por fin, alguien los escuche.
La gobernadora, fiel a su estilo, aseguró que “cada persona importa y cada historia encuentra un espacio”, prometiendo un gobierno sin intermediarios, donde la atención es directa y el respeto mutuo. Al atender uno por uno, pudo sentir de cerca lo que sienten, lo que piensan, por lo que esto fue una muestra de cercanía, empatía, pero también de soluciones.
Por otra parte, Elisa Hernández, secretaria de Gobierno, acompañó el encuentro y reforzó el mensaje. “Escuchar es también gobernar”, dijo, defendiendo el carácter humano de las audiencias. Sin embargo, entre la retórica y la realidad hay un trecho que solo quienes esperan turno conocen bien. Algunos piden medicamentos, otros empleo, y no faltan los que solo quieren que les pavimenten la calle o los ayuden a resolver un conflicto vecinal.
Dentro del Palacio, el ambiente refleja la mezcla de solemnidad y cercanía que caracteriza estos encuentros. Funcionarios, asesores y ciudadanos comparten el mismo espacio donde las historias personales se convierten en puntos de partida para buscar soluciones. Cada saludo, cada conversación y cada carpeta entregada representan un intento por acercar las decisiones del gobierno a la realidad de la gente.
Las audiencias ciudadanas se han convertido en una cita fija de los miércoles, un ejercicio que mantiene abiertas las puertas del poder para quienes antes solo podían mirar desde fuera. Entre solicitudes, agradecimientos y nuevas gestiones, el encuentro se consolida como un espacio donde escuchar y dialogar se traduce en el primer paso para atender lo que más le importa a los campechanos.
