San Francisco de Campeche, Camp. Cada semana, alrededor de 800 personas llegan al Santuario del Inmaculado Corazón de María en busca de liberación realizada por sacerdotes y monjes, un rito que no es exorcismo sino una práctica espiritual para quienes buscan paz, guía y protección. Lo que muchos creen que es posesión demoníaca suele ser, en realidad, problemas emocionales, familiares o espirituales que arrastran cargas negativas a los fieles que se involucran en prácticas oscuras y dañinas.
Fray Gustavo, encargado del apostolado Guardia de San José, explicó a CAMPECHE HOY que la “liturgia de liberación” es un rito menos extremo fieles que sienten estar bajo una influencia negativa, aunque sin haber perdido el control de sí mismas.
Este rito atrae a cientos de personas no solo del estado, sino también de distintos puntos del país e incluso del extranjero, por la fama que ha adquirido este lugar como espacio de fe y sanación.
“La mayoría de quienes llegan, creen estar poseídos pero al atenderlos descubrimos que enfrentan conflictos provocados por prácticas como satanismo, brujería, vudú o tarot, e incluso por situaciones muy humanas como violencia, depresión, suicidio o abortos”, aclara.
Este tipo de prácticas abren puertas al mal y dejan cargas que afectan la vida cotidiana. Por ello, la liturgia de liberación se centra en sanación espiritual y acompañamiento, ayudando a las personas a resistir lo que Fray Gustavo llama “fuerzas oscuras”.
‘NO ACERCARSE A FUERZAS OSCURAS’
Campechanos tienen sus flagelos sociales, y fieles viajan a este lugar porque no encuentran ayuda en otro lado. “Este lugar es más que casos de personas posesas, es un espacio donde la gente busca liberarse de todo tipo de influencia negativa”, aclara Fray Gustavo.
“Aquí, el objetivo es acompañar a quienes sufren, darle sanación espiritual, paz y fuerza para resistir fuerzas oscuras”. Octubre y noviembre son meses críticos, cuando las prácticas oscuras suelen aumentar, y el santuario se convierte en un punto de encuentro vital.
Por lo que el mensaje del monje es evitar cualquier contacto con fuerzas ocultas y acercarse a Dios a través de la oración, las buenas obras y el amor. En Campeche, las sombras que se esconden en la vida cotidiana son tan visibles como los caminos de la selva que conducen a este santuario.
