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13 diciembre, 2025

CEMPASUCHIL

nacional

INVASION SILENCIOSA DE CEMPASUCHIL CHINO

CAMPECHE. Las calles del Centro Histórico huelen a tierra húmeda y pétalos machacados. En el Mercado de Jamaica, un vendedor de Xochimilco apila ramos de cempasúchil mexicano como si fueran torres de oro prehispánico.

A tres puestos de distancia, una maceta china —pequeña, pálida, sin aroma— se vende a mitad de precio. “Esa no sirve pa’ la ofrenda”, murmura una compradora mientras pasa de largo. La invasión ya empezó.

La flor de cempasúchil, cuyo nombre náhuatl significa “veinte flores” o “flor de veinte pétalos”, no es solo decoración. Desde la época mexica se asociaba con el sol y guiaba a las almas en su regreso anual. Hoy, el 1 y 2 de noviembre, cubre altares, panteones y balcones de todo el país. Pero el naranja mexicano compite con un impostor.

ORIGINAL: AROMA, ALTURA Y TRADICIÓN

El cempasúchil mexicano crece hasta dos metros, con tallo lanoso y color que va del amarillo intenso al naranja fuego. Su aroma —dulce, terroso, inconfundible— impregna las calles.

Se vende en ramos, se replanta, se usa en té para la tos o como tinte natural. En 2021 se cultivaron más de dos mil hectáreas en todo el país. Solo en la Ciudad de México, la producción saltó de 600 mil plantas en 2018 a más de 5 millones el año pasado, con 95% de ventas locales.

IMPOSTOR: PEQUEÑO, PÁLIDO, ESTÉRIL

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El “cempasúchil chino” —conocido globalmente como marigold— llega en macetas diminutas. Es más barato, pero no germina. Sus semillas son estériles, su color pálido y su olor inexistente.

“Parece plástico”, dice una florista de Mixquic. En los mercados de la Merced y Sonora, estas macetas se cuelan entre los ramos originales, confundiendo a los compradores.

ECONOMÍA DETRÁS DEL  PÉTALO

Según el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), México produjo 54 tipos de flores en 2023, con un valor superior a 13 mil millones de pesos.

El cempasúchil, junto con crisantemo, clavel, nube y terciopelo, concentra la mayor parte de la temporada. En octubre y noviembre representa casi el ciento por ciento de su producción anual y el 98.7 por ciento de las exportaciones de flores de temporada.

Mientras las ofrendas se alzan en hogares y panteones, el cempasúchil mexicano sigue siendo el puente entre los vivos y los muertos. La variante china puede invadir los mercados, pero no el alma de la tradición. “El olor es lo que trae a mis abuelos”, dice una niña en el panteón de San Andrés Mixquic, apretando un ramo naranja contra su pecho. El aroma no miente.

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