En Ciudad del Carmen ya no se cuentan barcos, se cuentan ausencias.
Las grúas que antes cargaban acero ahora vigilan el silencio de un muelle vacío. En menos de tres meses, Cotemar S.A. de C.V. despidió a más de 2,300 trabajadores bajo el argumento de una “reestructura interna”. No hubo liquidaciones, ni avisos previos, ni recontrataciones. Solo una lista publicada en Recursos Humanos y la orden de abandonar las plataformas.
“Nos dijeron que no había dinero, pero Pemex ya había pagado”, relata un ex supervisor que llevaba 14 años embarcado en el Golfo.
El golpe laboral coincidió con la salida de las plataformas de la firma Prosafe, y con la inyección de más de 10 mil millones de pesos que Pemex transfirió a 30 proveedoras, entre ellas Cotemar, en febrero de 2025. Ninguna de esas cifras se tradujo en estabilidad: la empresa más beneficiada por el Estado dejó sin salario al puerto que la sostuvo durante décadas.
A pie de muelle, el aire huele a combustible y decepción. Los obreros que alguna vez fueron la fuerza del Golfo, hoy cargan maletas con la misma precisión con la que antes movían válvulas y cableado.
Cotemar, el emblema del empleo petrolero, se volvió el símbolo del abandono.
LAS NÓMINAS DEL ABANDONO
En las oficinas de Recursos Humanos de Cotemar, los sobres amarillos se amontonan sobre escritorios sin dueño. Son los finiquitos que nunca se entregaron, las promesas de pago que no llegaron al mar.
Desde marzo de 2025, la empresa más poderosa del Golfo mantiene nóminas congeladas, liquidaciones sin sello y sueldos retenidos que superan los 140 millones de pesos, de acuerdo con documentos revisados por Grupo Cantón y fuentes de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).
“Nos citaron para firmar la salida, pero no había dinero para pagar”, cuenta una trabajadora administrativa que fue despedida después de doce años de servicio.
Otros ex empleados aseguran que se les pidió renunciar voluntariamente para evitar demandas laborales, a cambio de recibir un depósito “en cuanto Pemex transfiriera”. Ese depósito nunca llegó.
La paradoja es brutal: Cotemar recibió en 2024 más de 265 mil millones de pesos en contratos públicos y, sin embargo, alegó “reestructuración interna” para recortar personal.
Mientras la empresa firmaba adjudicaciones directas con vigencia hasta 2029, en el puerto se acumulaban cartas de despido, liquidaciones inconclusas y pagos diferidos.
Entre los trabajadores se habla de un nuevo tipo de castigo: el silencio administrativo. Nadie notifica oficialmente los despidos; simplemente dejan de llamar, de transferir, de existir en la nómina.
El correo electrónico corporativo se desactiva, el acceso al sistema se bloquea y, con eso, la relación laboral desaparece.
En la STPS hay al menos 27 quejas formales de exempleados que reclaman su indemnización. Algunos llevan un año esperando.
PROVEEDORES AHOGADOS
En el muelle de Isla Aguada, los camiones de carga esperan desde enero. Las empresas locales que abastecen a Cotemar dejaron de recibir pago hace meses.
Algunas sobrevivieron vendiendo maquinaria, otras cerraron sin despedirse. En los registros mercantiles, al menos 50 proveedores aparecen con adeudos que superan los 200 millones de pesos, según solicitudes de transparencia.
Pemex le transfirió 74 mil 958 millones de pesos mediante adjudicaciones directas, sin que la contratista liquidara a quienes sostienen sus operaciones básicas.
