CAMPECHE, CAMP. El salón se llenó de recuerdos, abrazos y energía contenida. La gobernadora Layda Sansores se reencontró con los “Guerreros del 97”, un grupo emblemático que protagonizó la primera resistencia civil de Campeche, marcada por la represión y la lucha por la justicia social. Para muchos, fue un momento de nostalgia; para otros, un recordatorio de que la historia sigue viva en cada lucha colectiva.
“Nunca claudicamos; hoy la esperanza está más fuerte que nunca”, dijo la mandataria, refiriéndose a aquellos días de tensiones, marchas y confrontaciones con un gobierno intolerante. Según sus palabras, el reencuentro le permitió “recargar energía” y reconectar con la fuerza que, asegura, nació de la resistencia y de superar el miedo.
Los Guerreros del 97, a quienes Layda definió como “hermanos de lucha”, escucharon atentos los relatos de los días de convivencia, alegrías compartidas y dificultades enfrentadas juntos. La escena, entre abrazos y miradas cómplices, reflejaba la mezcla de dolor por la represión sufrida y orgullo por la persistencia de su movimiento.
Elisa Hernández, secretaria de Gobierno quien acompañó a la gobernadora en el evento, destacó la fuerza de la memoria histórica y el aprendizaje colectivo.
“Reunirme con mis hermanos y hermanas de lucha, fue como mirar atrás y ver cuánto hemos crecido como pueblo. Aquella resistencia nos enseñó que las causas justas florecen con el tiempo, y que la lealtad y la convicción nunca envejecen, honramos la memoria de esa batalla que encendió el camino de la transformación en Campeche”, señaló.
El encuentro no solo fue un viaje al pasado; también sirvió para visibilizar que las causas sociales y la memoria histórica aún generan impacto en la política local y en la percepción pública. Según los asistentes, la reunión reforzó la idea de que los actos de resistencia pueden inspirar nuevas generaciones a mantener viva la voz de la ciudadanía.
