CAMPECHE, CAMP. Las defensas de Palizada se mantienen firmes gracias a miles de costalillas de arena. Con el río Palizada a solo 18 centímetros del desborde, los habitantes viven una vigilancia atenta, mientras las autoridades municipales se baten en una carrera contra el tiempo para contener la amenaza de una inundación que podría ser devastadora.
La vigilancia es permanente, desde el 6 de octubre se comenzó a colocar costalillos, pues la prevención es la única arma real contra la fuerza indomable de la naturaleza. Así lo informó Pedro Javier Ayala Cámara, presidente municipal, Lázaro Zurita Uk, Director de Protección Civil y el meteorólogo Hugo Villa Obregón para supervisar los bordos lo cual es prevención no pánico.
Debido a que más lluvias se esperan, la única barrera entre la creciente y el pueblo son más de 3,500 sacos de arena. Estos refuerzos se concentran en dos “heridas” críticas de la ribera, en la localidad de “El Salto”, donde se han colocado ya 1,600 costalillas, y en la localidad de “La Toza”, un punto crítico con un bordo deslavado que requiere 900 sacos de contención.
La urgencia de los trabajos, es porque el río es alimentado por los escurrimientos del Usumacinta y debido a que la temporada de lluvias continúa, se registró 5.02 metros sobre el nivel del mar, a un suspiro de su Nivel de Aguas Máximas Ordinarias.
“Se seguirán coordinando labores, por ahora no hay alarmas, pero si hay gente preocupada, no obstante la vigilancia es permanente, según la Comisión Nacional del Agua”, señaló el presidente municipal.
Aunque la situación es estable por ahora, no hay que bajar la guardia, un desborde en Palizada significa la pérdida de viviendas, cosechas y pone en riesgo la vida de sus habitantes.
Cada costalilla es un respiro de esperanza y la confirmación de que la comunidad está luchando por evitar una emergencia.

